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viernes, 30 de junio de 2017

Evolución



Dicen que una imagen dice más que mil palabras, y en está ocasión les quiero compartir un poco de lo que ha sido mi evolución, que hoy por hoy no solo es física, sino mental, esto ya desde hace quince años de travestismo, espero que les guste y que tengan…¡ricos orgasmos!. 







































jueves, 29 de junio de 2017

Samara...¡se queda! (Retro Blog)

Hace ya algunos años, conocí a este señor que rebasaba ya las cinco décadas. Recuerdo que en aquella ocasión, publique un anuncio en este mar gigantesco llamado “internet” con el fin de alguien escuchara mi “S.O.S.” pues  prácticamente era un hecho que abandonaba DEFINITIVAMENTE y PARA SIEMPRE, este bello y controvertido camino del travestismo, pero no iba a dejar el ring de la vida sin dar pelea, así que lance un “ultimátum” al destino, mismo que no solamente me respondería, me confirmaría que todo esto, a pesar de sus altas y bajas, es para mí, ¡es lo mío! Poco me falto para llegar al estribo y caer estrepitosamente; pero el destino me salvo, fue en el año 2013 cuando una prueba del destino, en lugar de claudicar, ¡me haría reafirmar!, y aunque en principio y por malos entendidos no nos conocimos, este señor era muy hábil pues, cuando me contacto en sus fotos se le apreciaba una barba muy varonil, y estuvimos tan cerca, pero al final no se pudo concretar la cita, por un detalle (una pequeña mentirilla de parte de él) que a veces son mentiras piadosas, pero que no dejan de ser mentira, y eso detono mi negativa para conocernos.

Semanas más tarde me escribe ese mismo señor, con otro nombre: “Ángel” y con la barba rasurada, algunos cambios en su aspecto, pero no me engañaba, imagínense que aún reconozco a mis ex compañeros del kínder y la primaria pese a que los años que ya han pasado, y a todo lo que han cambiado; con más razón a este madurito que apenas lo acababa de ver hace un par de días en fotos. Era el mismo señor al que hace unos días le negaba una cita por lo que ya les comente. Pero, es cierto que en esta vida nos merecemos una segunda oportunidad, pues a veces caemos “sin querer o queriendo” o bien nos resbalamos, otras veces nos empujan, y yo creo en la buena voluntad de las personas. Así que decidí darle una segunda oportunidad, sin mencionarle que ya sabía quién era, quise dejar ese detalle sin comentárselo, primeramente por humildad, nunca me he sentido superior a nadie como para que me ofreciera una disculpa por lo sucedido, me había mentido solamente no me había robado o vejado, además temí que si se lo comentaba se iba a retractar de su decisión, y me deje llevar por el destino.

Y empecé a interactuar con él como si no lo conociera, él estaba convencido de haberme persuadido, pero no, si lees esto quiero que sepas que me di cuenta de quién eras, pero había algo en tus ojos, algo que me conquisto y me hizo caer RENDIDA a tus pies. Lo que si no sabía, es que había encontrado en él, a una persona que valía oro, y no lo digo por el lado económico, saben que eso no me importa, tampoco el físico, me refiero a una persona de buenos sentimientos, excelente amante y que compaginaba perfectamente con los tiempos y gustos de Arlenne, para que se den una idea; era algo así como “un traje hecho a la medida”.

Lamentablemente un día se fue de mi vida para JAMÁS regresar, igual que con Fer… ¿las causas? siguen siendo una incógnita, que quizás conozca hasta el último día de mí existir. Les comparto este relato tan lleno de erotismo, pero también de ternura, de verdad que recordar a Ángel, ese señor que era un verdadero Ángel para mí, es revivir bellos e icónicos momentos, con el viví cosas maravillosas, inimaginables y deliciosas. Nos leemos mañana en el tercer relato del mes, que tengan…¡ricos orgasmos!.



Después de esa cita nada fue igual. ¡Ahora sí! pelearía con uñas y dientes por defender a mi niña interna; con esto no quiero decir que saldría del closet, es un paso que aún no puedo dar, estoy anteponiendo a mi  familia y amigos; ya que es como un juego de azar, se puede dar el caso de que me entiendan, pero también como sucede en estas situaciones, me arriesgo al rechazo y a perder mi estabilidad familiar y laboral, y mi idea no es quedarme sin el apoyo y cariño de los que más quiero. La diferencia es que está vez no dejaría que nada ni nadie interfiriera con mis sueños, anhelos y planes, y mucho menos a renunciar a mi esencia femenina que cada día brota con más fuerza.
Pensaba encontrar en “Rodolfo” un amante de planta; muchos de los que me leen imaginan que ando de colchón en colchón, pero la verdad es que cuando encuentro un amante que llena mis expectativas y complementa mi ser, correspondo a este de una forma incondicional, sumisa y me entrego sin inhibiciones. No creo en la fidelidad, pues este ambiente no se presta para esos lujos, tampoco la exijo pues sería como una quimera, pero sí creo en la lealtad y mi búsqueda termina cuando encuentro en la otra persona todo aquello que busco: Discreción, respeto, amistad, y un buen sexo, es ahí cuando nace mi lealtad con mi amante de turno.
Aunque fue muy tosco en su forma de hacer el sexo, estaba dispuesta a seguirme sometiendo a su rudeza, a su falta de afecto y a su incipientes “caricias”. A pesar de todo eso, me dio la seguridad para querer seguir con él, pues su madurez emocional me convenció completamente de que era el indicado para tener esas relaciones frecuentes de sexo desenfrenado, claro no lo niego, su miembro de veinte centímetros me tenía vuelta loca.
Tras varios correos sin responder y pretextos en las pocas y breves llamadas que portentosamente respondía, me canse de “rogarle” (como dice la canción), y seguí con mi aventura llamada “se busca amante”.
Mi anuncio continuaba en la red y los mensajes de chicos que querían “encamarme” eran asaces, pero en ese momento sufrí un descalabro emocional. Por semanas creí que era la culpable de que Rodolfo no quisiera seguir frecuentándome, ¿qué hice mal?, ¿qué deje de hacer?, ¿qué no hice?, me pasaron un sinfín de interrogantes por mi mente culpabilizándome del fracaso de esa relación, que así como llego se esfumo.
Tarde cerca de tres meses en recuperarme de este oscilo emocional, no pude superar de manera inmediata “el fracaso”. Así que tratando de dejar todo esto de lado, saque de ese sótano a Arlenne, la desempolve, la maquille, reviví y de manera vehemente la incorporé a esta realidad vana.
No era prisa, ni urgencia por la que regresaba a esa búsqueda “del amante de ocasión”, era la emoción, la adrenalina, esas maripositas que se sienten en el estómago cuando estás concretando una cita, y mejor aun cuando está se lleva a cabo.
Así que convencida de no dejarme derrotar por aquella relación que no prospero (la llame así, deje de atribuírmela como fracaso, pues por mi parte puse TODO lo que tenía a mi alcance, disposición, ganas, afecto, tiempo, etc., y dejé de preocuparme, culpabilizarme o reprocharme eso, y no prospero porque para él solo fui su nalga de ocasión y ya; total…¡hombres hay muchos!,), me dispuse a darme otra oportunidad, y porque no dársela también a un nuevo chico, que quizás me apreciara con mis virtudes y defectos, yo no soy de las que generalizan que “todos son iguales”, o que por ardida diga “malditos hombres”, ¡no!, ni todos somos iguales, y ni el rencor debe de durar para siempre, y si es así pues peor para uno, porque quien paga las consecuencias de esos malestares emocionales es uno mismo, ¡nadie más! lo mejor es darle vuelta a la página y continuar, “no clavarse” como dicen hoy en día.
Un nuevo mensaje atrajo mis expectativas, está vez el señor que me escribía me envolvió con sus palabras, me pareció tan sincero que estaba convencida de que él sería mi futuro compañero de cama. Después de dos mensajes intercambiamos correos, en uno de ellos me envió fotos de su persona (no era muy atractivo, pero su barba lo hacía ver un hombre interesante) cálculo que tenía entre 45 y 48 años, pensé si con palabras te sabe envolver, ya me imagino que delicia ha de ser compartir intimidad. Así que dije está cita es la que quiero. Me escribió un jueves por la tarde, yo le di respuesta el viernes en la mañana. Les confieso que soy un poco desesperada (no lo he logrado superar, pero ahí la llevo), cuando respondo mis mensajes me gustaría que me respondieran a la brevedad posible, entonces paso el viernes, sábado y domingo, revise mi correo el lunes temprano y ¡nada!, no tenía respuesta de ese misterioso amante que deseaba cita con una servidora.
Entonces me desespere, y le escribí un correo reclamándole, ¿para qué me contactaste si solo eres un curioso?, bien lo dije en mi anuncio “no curiosos, no quita tiempos”, en fin me enoje mucho y despotrique; en resumen le dije que no me volviera a escribir porque ni siquiera le iba  a contestar.
Y así lo hice, ese mismo día que recibí su respuesta (en la tarde), ni siquiera la leí, estaba tan enojada, que así como llegaban sus mensajes los eliminaba, no me tome la molestia ni siquiera por error o curiosidad leer si tuvo algún contratiempo o problema, creo que me vi algo intransigente e inmadura.
Caí nuevamente en una desilusión, que pensé que jamás volvería a concretar una cita como la primera, y deje de leer los mensajes de mi anuncio. Me quería arrepentir y escribirle, ofrecerle una disculpa, pero mi ego fue más grande. Pasaron otras tres semanas, y llevada por mi deseo, volví a leer los mensajes de mi anuncio.
Coincidentemente me contacto un hombre de edad madura de nombre “Ángel”, y digo coincidentemente porque escribía y se dirigía de manera muy similar a la del señor de barba con el que estuve a punto de concretar esa cita, podía apostar cien a uno, ¡que se trataba de él!. Deje que siguiera escribiéndome esos mensajes, detenidamente lo analice y deduje que se trababa de él, no puede haber dos personas IGUALES, no presumo pero les puedo decir que me he vuelto una experta en analizar los mensajes de los chicos que me contactan, y mediante su forma de escribir me puedo dar cuenta si son conflictivos o si son sinceros y de verdad buscan una relación sin problemas.
Trato de ser muy cauteloso, inclusive me escribía con un mail distinto del que me contacto en un inicio (pensó que no me daría cuenta), pero una cosa es que sea joven y otra tonta, la primera no lo niego lo soy, la segunda ¡ni tantito!. Y es que muchas veces creen que juventud es igual a inexperiencia y por ende a que eres un tont@, y se equivocan, por lo menos en mi caso soy joven pero madure desde muy temprana edad por golpes inexorables que da la vida, pero esa “es otra historia”.
Volviendo a mi cita con “Ángel”, y para desenmascararlo se me ocurrió una idea fantástica, le dije está bien, te voy a dar una cita pero necesito que me envíes fotos. Lo puse contra la pared, pues como la primera vez me envió fotos, dije a ver ahora que hace; por mentiroso lo puse en un verdadero dilema. Cuando leí su respuesta me dio risa, y no por lo que me decía, no sé de donde saco una foto de un chavo bien parecido, (pobrecito de verdad si quería una cita conmigo pero sus mentiras estaban llegando a su fin), y ni modo me arriesgue a que otra vez esto se quedará en planes pero dije ya basta de mentiras. Jamás le mencione “tú ya me habías escrito y sé que eres el señor de barba que me escribió hace unas semanas”, simplemente le dije: ¿de verdad eres tú el de la foto?, no sé porque pero no te creo, así que voy a ser bien sincera contigo, si a la cita no llega el chico de la foto…¡olvídate de mí!.
Esa misma tarde me escribe ofreciéndome disculpas y me dice: perdóname niña, sé que no fui muy sincero contigo, y tienes toda la razón, no soy el de la foto, y no te mande fotos mías por temor a que me rechaces (cuando mi anuncio decía “NO IMPORTA EL FÍSICO”), ahora si te adjunto fotos mías, y mis sospechas y conjeturas solo se confirmaban…¡efectivamente era él!, ese señor de la barba, pero en su afán de acostarse conmigo, creo una nueva cuenta, me abordo como si nunca lo hubiera hecho, y encima ¡se rasuro su barba! para que “no lo reconociera”. Jamás se lo comente, pues no quise echar a perder su fantasía, así que hice como si no sospechara nada, de verdad era un señor ¡que valía la pena!, y está vez no estaba dispuesta a dejarlo ir. No les puedo comentar la mecánica de mis citas, pues como se los repito es por seguridad mía y de quién me contacta, solo les diré que ¡por fin pusimos fecha y hora del encuentro!. Siempre que voy a concretar alguna cita, les doy a elegir el atuendo a mi amante de turno, no sé si ya les platique pero tengo varios disfraces: enfermera, secretaria, mucama o sirvienta, colegiala (pública y privada) y mi nueva adquisición de policía.
Escogió el disfraz de “sirvienta” con lencería blanca, me arregle muy bonita, pues quería causarle una excelente impresión. Me puse un baby doll blanco de ligueros, medias blancas, mini tanga blanca, zapatos casuales negros y el atuendo de mucama.
Está vez ya no estaba tan nerviosa, solo los nervios normales pero ya no los desesperados de la primera cita, la lobita sexy que vive dentro de mí salió para darle rienda suelta a las pasiones carnales. 
A pesar de su edad, quien estaba más nervioso para mi sorpresa era él. Me quería dar risa, pero el RESPETO es parte fundamental de mis relaciones, y lo que pido ofrezco, así que lo hice sentir como en casa, rompí el hielo de principio con una película pornográfica, para posteriormente “seducirlo”. Estábamos viendo la película y platicando, pero el aún seguía muy nervioso, solo me miraba de reojo, pero no se atrevía a tocarme. Lo más que llego a hacer fue rosarme la rodilla con su mano izquierda, yo estaba más que caliente, lista para la acción, así que dije ¡empecemos!.
Ahora fui yo quien tome la iniciativa y me puse de pie, apague el televisor y seductoramente le dije: te gusta mi atuendo, camine delicadamente hasta el tocador que estaba frente a la cama, le di la espalda y me “empine”, le volvía a preguntar ¿te gusta papacito?, subí la minifalda del atuendo para dejarle ver mis pompas y piernas, empecé a bailarle erótica y provocativamente. Me puse frente a él y ahora si ya no lo pudo evitar, me empezó a toquetear y manosear muy rico, empezó a besar mis pompas y a cachondearme.
A diferencia de mi primera cita, este señor era muy cariñoso, besucón y muy cachondo, una vez que entro en calor dejo de lado su pena, y después manos le hacían falta para acariciarme y manosearme, me gustaron sus besos húmedos y  apasionados, y la manera tan tierna en que me trato.
Sus palabras dulces, caricias y su forma de seducirme me llevaron a la tierra del éxtasis, me sentía muy a gusto a pesar de que aún, no me penetraba.
Para corresponderle, baje sus calzones blancos de su cintura; para ese momento su pene estaba muy erguido, no tenía un pene de campeonato, pero sí muy grueso y rico…le empecé a sobar sus huevos delicadamente con mis dedos, (que supiera que yo también lo podía llevar al clímax), y mi lengua empezó a hacer de las suyas, empecé por recorrer su escroto con movimientos circulares, posteriormente pase a insertar su pene en mi boca para darle una succionada riquísima, mientras se la chupaba, mis manos inquietas acariciaban sus huevos peludos. ¡Qué ricos gemidos!, entre más gemía, más me alentaba a seguir chupándosela “ahh, si ahh que rico Vane, sigue, no pares mamita, ahh”.
Casi me vengo de escucharlo gemir, y estaba ahí sube y baja, sube y baja con mi boquita inquieta, cuando me dice: para nena, ¡ya te quiero sentir!, claro que si papacito. Coloque el condón en su pene, y un poco de lubricante que suelo llevar para que la relación sea más placentera. En cuanto sintió mi apretado ano, ya no pudo más…me dice “que rica estás mamacita, huy y que rico aprietas”, estaba como niño con juguete nuevo.
Empecé con la posición de “mariposa” el abajo, y yo arriba con las piernas abiertas, duro y dale, yo estaba tan ansiosa por sentirlo todo, que me estaba metiendo muy duro y profundo, que inclusive él tuvo que decirme “más despacio nena”, cuando regularmente la chica travesti es la que pide eso, así que decidí ir más despacio. Intercambiamos posición, nos bésanos, acariciamos; no estábamos teniendo sexo solamente, ¡hacíamos el amor!.
Recuerdo como me miraba fijamente mientras me penetraba, cuando cerraba sus ojos era señal de lo mucho que disfrutaba, yo por mi parte no paraba de gemir diciéndole “si más papi, más así rico, no pares, dámelo todo ahh, ¡sí!.
Se vino tan deliciosamente, que aunque no me pude venir con él en ese momento, su cara y gestos de satisfacción era un verdadero placer observarlo.
Estuvimos platicando otro rato, y como me quede con ganas de más, nuevamente me empine frente a la cama, le digo que te pareció mi colita…que se incorpora dándome un buen arrimón, y me dice “deliciosa mamita, deliciosa”, con eso tuvimos para prendernos y ponernos bien “calientes” y ¡zas! ahí vamos otra vez al colchón a echarnos un rapidín, coloque nuevamente el condón y que me monta de perrito, luego de ladito, y aunque ya no aguanto mucho como la vez primera, me puede venir al mismo tiempo que él se venía, y eso fue…¡delicioso!.
Creo que me faltarían adjetivos para describirles la forma en la que me entrego a mi pareja en mis relaciones sexuales, tampoco me gusta hablar de más simplemente lo que es, pero para que se den una idea, les voy a compartir la carta que me escribió al siguiente día de habernos conocido y hacer el amor placenteramente y dice:
GRACIAS VANESSA (Vanessa es uno de mis nombres que anteriormente usaba)

Gracias por el amor y el tiempo que me dedicaste. Gracias por haberte convertido en mi isla, en ese pedacito de espacio en el que me sentí vivo y feliz.

Gracias por tus gestos siempre nobles. Gracias por aceptarme como soy, sin juzgarme. Gracias por creer en mí y guardarme un puesto en tu vida.

Gracias por tus caricias y besos. Gracias por reabrir la ventana de mi imaginación y de mi erotismo. Gracias por tu entrega apasionada y por todas las palabras que me dijiste en esos momentos de total entrega.
Gracias por los momentos de risa, y el mundo nos parecía absolutamente nuestro. 

Para mí eres uno de los seres humanos más hermosos y auténticos que he tenido la oportunidad de conocer. Prométeme que nunca dejarás que nada ni nadie te convenza de lo contrario. Esta es mi manera de decirte hasta pronto, que siempre estaré para ti no importando las circunstancias ni el tiempo que pase entre nosotros, hasta pronto y algún día nos diremos "qué bueno volver a verte".

Y yo sé que será así porque creo en cada una de tus palabras y en todo lo que yo siento por ti. Es decir, que creo en el nosotros tal como la vida nos lo tenga reservado y por si acaso, cuando me vaya, en cada paso que dé estaré dejando huellas en el camino... Así sabrás por dónde ir y dónde encontrarme…En tres palabras: gracias por existir…
Así finalizaba el correo que me escribía y como a la flor que se riega para que no se seque, diariamente me escribía un poema que alegraba mi día. Hoy en día las palabras bonitas no se valoran como deben ser, ni hay hombres que tengan la virtud de saberlas decir, me envolvió su sentimiento y sinceridad, ambos coincidimos en que nuestra soledad…¡había llegado a su fin!. Estaba muy contenta con esa relación esporádica pero comprometida, valió la pena la espera, pues ¡por fin había encontrado a mi compañero!, a mi cómplice, ¡a mi complemento! Ángel…fuiste mi verdadero Ángel de la Guarda, dónde quiera que te encuentres te deseo lo mejor de esta vida, deseo que nunca más vuelvas a estar solo, y aunque ya no formo parte de tu vida, tu siempre formaras parte de la mía, en una parte especial de mi ser.
Les dejo una foto que tengo de recuerdo de aquella tarde-noche ¡inolvidable! Era tanta su emoción que no me pude negar a tomarnos una foto para recuerdo, si no lo hubiera hecho les aseguro que estuviese muy arrepentida. Por cierto las fotos que recién publique, fueron con él: Ángel, mi ¡Ángel de la Guarda!.