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viernes, 31 de marzo de 2017

Fusión salvaje



Después de ese irresoluto y hosco episodio en el que Fernando y Cristián habían prescindido de mi figura, las cosas se tornaron aún más difíciles. Mi famélica apariencia que había dejado la enfermedad que padecí (una severa infección de estómago que posteriormente supe se trataba de una gastroenteritis) me hacía encerrarme en mis pensamientos como mariposa en su capullo. Solo quería recuperar mi salud, ¡y no saber de nada más! De hecho me aislé por completo de todas mis redes sociales, para darle prioridad a lo que me aquejaba. Aunque les confieso que en esos momentos me hicieron mucha falta esa cálidas charlas que Fernando (mi ex – nene) me brindaba, o las cortas pero deliciosas platicas de Cristian, sin embargo ambos habían perdido ya el interés hacia está servidora. Era una impotencia el no saber porque…siempre he pensado en que nada es para siempre, pues hasta la vida misma se va a terminar, pero me hubiera gustado una explicación aunque breve, ¡pero precisa!; y no el desprecio cruel y certero de ignorarme. 

Una herida más se sumaba a mí ya desgarrada alma, y está derrota me dejaba un surco profundo en el corazón. No quisiera acostumbrarme a esto, pero creo que en este ambiente no podré aspirar a nada más. Se cerró la puerta tras de él, y nunca dijo al partir ni un adiós o ¡un simple gracias! por lo que vivió aquí…ni siquiera agradecerte; ni siquiera agradecerte me dejaste a mí…Fernando; quisiera decir que te odio ¡pero sabes que no es cierto!; me apena que todo fuera así, ¡olvidaste todo al partir,  y me duele la distancia que pusiste ante mí!, que tristeza tan grande perder así tus besos, tus delicadas caricias, tu pasión y tu forma de entregarte a mí…pero más triste fue haber dejado de mirar esos ojos que me observaban acuciante y con lujuria.

¡Que hermosos recuerdos!, creo que no es posible querer más, es por eso que me duele no haber escuchado de ti ¡ni siquiera un adiós!. En fin…dejé que este capítulo se cerrara con la herida que se pronunciaba en mi alma. A todo te acostumbras, de todo te repones, al principio parece muy difícil, ¡hasta imposible!, pero el tiempo va cicatrizando las heridas del alma. Con Cristián pensé que había sucedido algo similar, pero me di cuenta de que estaba equivocada. Quizás esa obnubilación pasajera, consecuencia de los últimos desafortunados eventos, no me permitía ver la realidad con objetividad. En esos días también había recibido la invitación de “mi vaquero” para compartir una deliciosa sesión de sexo; les confieso que estaba tan ansiosa por sentir ese rico pene taladrando mis entrañas, pero quería darle una lección. Sin maldad, pero ciertamente para que sepa que no puede disponer de mi cuerpo con las exigencias a las que ya se estaba acostumbrando, le puse un alto.  

Me cito como siempre, y aparentemente bajo las mismas condiciones y términos en las que hemos estado de acuerdo. Realmente no le confirme la cita por falta de ganas sino, que la última vez modifico de manera unilateral varios de los puntos en lo que habíamos estado de acuerdo. De principio su trato ya no era el mismo, lo sentí distante e indiferente, con mucha prisa y tratándome siempre como objeto. Supe además, que esas exigencias no podían rebasar el respeto que ya habíamos ganado. Además de algunos detallitos que me fueron incomodando, desde querer inhibir parcialmente lo que soy, hasta decirme que “le apretaban los condones”…los olvida, usa los que yo traigo de emergencia, ¡no me los repone! y  todavía tiene el cinismo de decirme “me aprietan”. El negarle una nueva cita, fue para hacerlo recapacitar; creo que me dolió muchísimo más que a él negarle el acceso a mi cuerpo, pues yo contaba ya los latidos agitados que nos dejaría aquella cita de sexo y pasión, pero era necesario dejarle bien claro los puntos sobre la mesa. 

Y fue así como tuve que negarle el acceso a mi cama. Supe que le molesto mucho esa decisión, no me lo dijo tal cual, pero percibí su molestia al proponerle una nueva cita, sacándome la vuelta con pretextos infantiles. Estoy esperando a que recapacite, y confió en que con los años que ostenta, comprenda que no me puede tratar como un simple objeto. Y si no recapacita… ¡ni modo!, lo que yo le ofrezco no lo reúne otra persona, y lo que él me daba (solo su cuerpo) yo si lo puedo encontrar fácilmente a la vuelta de la esquina. Así que de momento me encontraba sola otra vez…solo el aire recorría  mi humanidad, y las frías paredes de mi habitación seguían siendo testigos mudos y fieles de estos fracasos. 

¡No todo estaba perdido!... justo en esos mensajes estaba uno de Cristian;…para serles sincera me había propuesto a no leerlo más, ni hacerle caso por el descuido que había tenido conmigo los últimos meses. Sin embargo el chico se ha portado excelentemente bien, ninguna queja de las citas que hemos compartido, salvo pequeños tropiezos que no fueron más que mal entendidos y que en su momento aclaramos. Aún con el fracaso a cuestas de Fernando, sigue en pie mi corazón, y germina en esta tierra la semilla de ilusión, hoy me alumbra un nuevo sol. Así que sin más, me tome unos minutos para saber que decía el mensaje de Cristián. Cabe mencionar que él, fue de los pocos chicos que estuvieron al pendiente de mi enfermedad (apoyo moral) comentándome, y estando pendiente siempre. Precisamente por esos pequeños detalles, decidí acceder muy cordialmente a una nueva cita. 

Muchos pensarán que soy la típica chica que dice “el que sigue”, pero también dicen que “la mula no era arisca”; esas constantes decepciones y el hecho de que me usen y me dejen como objeto desechable, ha hecho que ya no me sienta mal, y sobretodo saber que el mundo no gira sobre ellos. No es ser mala onda ni mucho menos, solo es saber darle la vuelta a la página de manera civilizada. Tampoco soy la típica chica que está de rogona o dolida despotricando, lo que paso en su momento que bien, ¡que rico que lo disfrutamos!, pero eso de acumular rencores, definitivamente no lo concibo ni va conmigo, por el contrario como lo he dicho siempre, espero que todos mis ex – amantes estén rodeados por gente que sepa apreciar su existencia ¡como nadie!. 

Estaba muy segura de que pronto rompería esa mala racha que me perseguía a últimas fechas hablando de citas, sin embargo no sabía que un fracaso más estaba a punto de sumarse a mi lista. Y es que la última cita también fue atípica y no concluyo de manera satisfactoria. Se trataba de un mensaje de un chico desconocido, que unas semanas antes de que me escribiera Cristián, se puso en contacto con está servidora, con el fin de enredarse en mis sábanas. Desde ese primer mensaje, ¡me atrapo completamente!, como si se tratará de un imán sexual, el leer esas fantasías y perversiones hacían que mi colita se lubricará, y mi ano se dilatará. Era sensacional leer a este chico, que sin conocerlo del todo ya estaba dándole fecha para una cita. Y es que por lo mismo de mi enfermedad, no me di cuenta que ya tenía algunas semanas comentando mis fotos y escribiéndome “inbox”, pero la madurez que hay en ese chico, definitivamente lo demostró, antes durante y después del encuentro, hizo lo que no cualquiera haría, espero a que me recuperara, sin exigencias ni presiones. 

De verdad que el erotismo y sexualidad que brotaban en cada mensaje era insuperable, la mayoría piensa que con una imagen de un pene, una va a caer redondita; nenes no sean tontos una chica travesti o transexual también tiene pene, a veces hasta más grande que la de ustedes, no desperdicien su tiempo con esas tonterías, eso déjenlo para los animales que no pueden hablar y tienen que comunicarse de otra manera, nosotros tenemos dedos para escribir, boca para hablar y lengua para degustar, pero sobretodo cerebro ¡úsenlo y sean más creativos! Por eso justamente accedí a una cita en menos de dos semanas. Esa manera de abordarme y sobretodo coincidir en muchos aspectos, no solo sexuales, configuraron un encuentro que prometía ser un estallido de emociones.
He de confesar que el chico exagero en algunos aspectos, ya que me comento que me compraría muchos atuendos para complementar los que tengo, y que me apoyaría con ropita, zapatos etc. cosa que no me desagradaba del todo, pero sé que a veces solo lo dicen para que “aflojes” rápido (de hecho parece que se está poniendo de moda ofrecer ropita, lo MALO ES NO CUMPLIR). Yo accedí por su forma de ser, no por lo que prometía, aunque el insistió y yo le dije que estaba de acuerdo, así que le di fecha para el tan anhelado encuentro. Si por lo menos sabía hacer la mitad de lo que decía en sus mensajes….¡estaría en el paraíso!. No sé si se los he comentado pero me atraen mucho los chicos lujuriosos, calientes….creo que al final me identifico porque yo soy igual, ¡una hembra en brama en la cama!

Eligió el atuendo de colegiala de secundaría, pues ambos coincidimos en que sería muy rico recrear la escena de “la escuelita”. Una escena fantástica en la que la alumna, tenía la mala fortuna de reprobar la materia de este lujurioso profesor, que de vez en vez le miraba las piernas a Samara; era tan obvio su comportamiento que ella se daba cuenta, y como esta chica es muy pícara, cruzaba las piernas de manera desafiante, haciendo que el profesor ¡sudara!…él, miraba para otro lado, pero cuando dirigía su vista a Samara nuevamente, ella tomaba su paleta “tutsi pop” llevándola a esa deliciosa boquita de cereza, y de manera insistente y lasciva la chupaba para azuzarlo más. Cabe mencionar que ese decano además de morboso, era muy estricto e influyente, y su poder le daba la pauta a intervenir en las decisiones de los demás profesores. 

Samara estaba metida en un auténtico problema, sus papás ya le habían advertido que de reprobar una materia más, la enviarían a un colegio de “señoritas” en la que prácticamente estaría aislada del mundo por el resto de la secundaria y podría ser que de la misma preparatoria. El profesor llamo a Samara y le entregó su boleta de calificaciones, la pobrecita de Samara no podía creer lo que miraba en ese escueto y frío papel…¡era el fin! 
 La mayoría de sus compañeritos estaban muy felices, pues a ellos las llevarían de excursión para premiar sus logros, pero Samara…Samarita tendría que ir a un colegio de señoritas. Samara tenía un plan algo atrevido y temerario, ¡no se podía quedar con las manos cruzadas! definitivamente. Así que espero el momento justo para quedarse a solas con “el profe”. Samara alzó la voz y le dijo al maestro -¿me puedo acercar a su escritorio?- el maestro con una esbozaste y maléfica sonrisa le contestó –adelante-. Samara se incorporó y caminó de manera cadenciosa hacia él. 

“Accidentalmente” una de las plumas que llevaba en sus libretas, cayó de manera estrepitosa hacia él piso. El corazón del decano palpitaba a mil, Samara lo podía percibir…y para rematar tan candente escena, se agacho a levantar esa pluma importándole poco que su faldita corta dejara entre ver sus encantos. Los segundos se detuvieron… la mirada del profesor fue certera y libidinosa, como lobo a su presa la observo sin disimulo. Era imposible no mirar esas piernas tan bien formadas y juveniles, ese calzoncito blanco que invitaba al deseo…Con prisa, el profesor se levantó y se acomidió a levantar las libretas que se le habían resbalado a Samara por levantar aquella insignificante pluma. Embelesado, el profesor contemplaba aquel cuerpo de sirena; si sus ojos emanaran fuego, aquel salón de clases se hubiera pulverizado. 

Involuntariamente, roso su pantorrilla al estar ayudándole;…la sensación ¡fue exquisita!, se pudo dar cuenta de que Samara traía puestas unas hermosas medias de color natural que, hacían que sus piernas lucieran exquisitas. Intercambiaron miradas, se miraban como dos enamorados bajo el embrujo de esa tarde tropical. Solo mirándose se decían cosas que sentían sin necesidad de hablar. Un fuerte viento que se filtró por una de las ventanas, nos hizo despertar de ese sueño compartido y nos aterrizó a la realidad. -¿Y bien señorita, que es eso tan urgente que no puede esperar hasta mañana?- respondió el profesor ansioso por saber mi respuesta. Haciendo gestos de niña mimada le susurre al oído, al mismo tiempo que introducía mi lengua diciéndole: –“ayúdeme por favor”-. Casi al borde del estallido estaba la bragueta de su pantalón, me pude dar cuenta cuando me acerque a suplicarle por ayuda. Le confesé que si reprobaba una materia más, sería mi final; que mis padres ya me tenían anunciado un castigo ejemplar a mis constantes faltas en la escuela. 

Que estaba dispuesta a COLA-borar con él, pues yo sabía bien que además de ayudarme con su materia, me podría apoyar con los demás maestros para que me dejaran un trabajo extra y poder salvar el año escolar. El “profe” se quedó pensando, sudaba y no paraba de mirarme las piernas… ¡uf! –exclamó- es algo difícil lo que me pides, pues estas en una situación muy complicada, ¿lo sabes verdad? –inquiriéndome-. Lo sé perfectamente, y créame que si no fuera tan grave el asunto, no me atrevería a molestarlo, de verdad no tengo salida, ¡solo usted puede ayudarme!…interrumpiéndome abruptamente me dijo ¿qué ofreces?...


Bien sabía que el decano pediría algo a cambio, (sobre todo lo que buscaba de mí) y yo tenía ya bien orquestado mi plan. Así que me senté en la banca contigua del salón de clases, subí mi falda dejando ver parte de mis deliciosos muslos, y parte de mi calzoncito que ya estaba mojado. Y apenas con un hilo de voz le dije –lo que usted me pida profesor, ¡lo que usted me pida!, como se lo dije en un principio, cuente con mi COLA-boración sincera (haciendo énfasis y pausa en la palabra COLA). Era muy difícil que el profesor no aceptara tan deliciosa propuesta. Su silencio me invitó a seguir hablando –qué le parece si yo accedo a todos sus deseos más íntimos, a cambió de aprobar su materia y de una pequeña ayudadita para que mis calificaciones mejoren. Seré su puta toda una tarde, que digo una tarde, ¡todo un día completo para que haga de mí lo que le plazca!, ¿no le gustaría tener estos zapatitos en sus hombros, acariciar este suave cuerpo y recorrer con sus labios mi intimidad? -se lo decía mientras me movia cadenciosamente-.
Al estar incitándolo, su lengua recorría sus labios, no me decía aún que si pero, sus señas me confirmaban que estaba por aceptar. ¡Está bien!...pero las reglas las pongo yo –enfatizó-. De principio, quiero que te portes como toda una puta, te voy a poner una cogida que nadie te ha puesto, ya tenía tiempo imaginando abrir esas hermosas piernas para meter mi pene hasta el fondo y que supliques por más. Se incorporó y empezó a manosearme… ¡pero eso de que serás mi puta una sola vez no me basta!... ¡serás mi puta cuando a mí se me antoje, y cuántas veces quiera!, -me lo decía mientras se arrodillaba-, estarás para complacer mis caprichos, -me lo decía mientras apretaba mis nalgas y besaba mis piernas-. 

Como niño con juguete nuevo, no paraba de manosearme…¡que ricas se te ven esas medias!. Era de verdad mala suerte que por las prisas, no llevará las calcetas que son la cerecita en el pastel, y disculpándome por semejante descuido, le ofrecí mí culo para que hiciera de él lo que quisiera. ¡Tienes modales de niña, pero eres toda una puta! –exclamó- mientras hacía mi tanga a un lado para insertar su lengua. Saliéndonos un poco de la fantasía me comento: ¡te ves divina!....tus fotos se quedan cortas con lo que veo, estás riquísima…de verdad que no lo puedo creer estar aquí contigo, viéndote y disfrutándote de esta manera…woww increíble. 

Estuvimos charlando acerca de nuestros gustos y de cómo poco a poco fuimos haciendo que la fantasía de colegiala fuera una realidad tangible. Después de esa breve pausa, el parecía el alumno y yo la maestra, no terminaba de comprender la realidad. Estaba sumamente sorprendido por mi figura, tanto que no paraba de acariciarme las piernas, mirarme de manera lasciva y decirme que estaba buenísima. Era un chico algo pasado de peso, pero sus charlas me dejaban mojando el calzón. Un poco torpe en su manera de actuar, tal vez por los nervios….llego un momento en el que tuve que tomar la iniciativa, pues el chico solo me contemplaba y no pasaba del manoseo y de meterme la lengua. 

Y así después de darme una deliciosa mamada de culo, tocaba mi turno para complacerlo. Fue algo difícil el sexo oral, estaba tan nervioso que su pene no irrigaba suficiente sangre para mantenerse erecto. Y pues bien, tuve que ayudarle un poco con mi boquita y manos para “levantarle el ánimo”. Así estuvimos un rato, se recostó y disfrutaba de la deliciosa maniobra que le brindaba. Tuve que hacer una pequeña pausa para ir al baño, pues ya había pasado cerca de hora y media y ya me andaba de la “pis”. Entre al baño y justo en ese preciso momento escuche que sonaba su celular. No lo oí responder, quizás solo era un mensaje de texto. Terminé de orinar, y me lave las manos. Me dirigí a la cama para terminar la deliciosa felación, pero algo inesperado…¡algo que nunca me ha sucedido en ninguna otra cita se hizo presente!


Su cara y actitud definitivamente ya eran otras….¡no puede ser! – me decía angustiado-. Tembloroso y algo nervioso, me dijo que justo antes de llegar a nuestra cita, había sonado su teléfono, pero que no había tomado importancia pues quería que la tarde fuera de nosotros y lo había puesto en "vibrador”. Sin embargo, un presentimiento había hecho que mientras yo estaba en el baño, el tomará su celular y revisara los mensajes. Y desafortunadamente eran malas noticias…de hecho por ese mensaje ya no pudimos concluir la sesión de sexo. Bien dicen que las cosas pasan por algo, con esto no estoy diciendo que me alegrará de la noticia, por supuesto que no, pero si les soy sincera, las expectativas eran MUCHAS  y lo que estaba viviendo en esa habitación no me tenía satisfecha. Prácticamente yo le estaba dando vida a toda la fantasía de la colegiala, y el de manera autómata solo seguía el “guion” por intuición, no era lo que yo esperaba cuando me escribía. 

¡Caray!…esto se complicaba demasiado, sin embargo tampoco fui indiferente ante su dolor, y lo abrace tratando de consolarlo, aunque ciertamente en la pérdida de un ser querido no hay palabra, hecho o situación que mitigue el dolor. Tomó su ropa y se empezó a vestir, y justamente con esa noticia, se despedía de la cita, hecho que comprendí perfectamente pues, nadie en su sano juicio pretendería terminar lo que estábamos haciendo. Lamentablemente me quede con las ganas y para colmo no llevaba mi “consolador” pues, decía ¿para qué? si me van a dar hasta por las orejas jaja…pero nunca pensé que algo así estropearía por completo la cita. Me quede un ratito más en la habitación y tuve que terminar yo sola, me masturbe para atemperar mis ganas de sexo. Me quede mirando por la ventana lamentando que todo terminara así…

Tengo un videíto que me tome vestida de colegiala que posteriormente les compartiré, está un poco borroso, por eso no me he decidido a subirlo. Pero voy a tratar de recuperarlo para que vean cómo iba ese día a la cita. Samarita se regresaba a su baúl…pero sus ganas se quedaban en mi cuerpo, no sabía cómo aplacarlas. Bañarme con agua fría no sería la respuesta, es como cuando tienes hambre…a fuerza tienes que comer para que se te quite, y con el sexo pasa algo similar. Y justamente ahí aparece mi héroe sin capa Cristián (que por cierto me aparece su perfil como bloqueado, Cristián si lees esto que estoy segura que sí, ¡comunícate conmigo por favor!). 

Y bueno…regresando al relato, Cristián me incitó nuevamente a “pecar”, está vez fui yo quien eligió el atuendo color blanco que estaba listo, pues de la cita que les comento con mi vaquero, él quería verme con lencería blanca, y es lo que justamente traía en mi maleta. Estuvimos charlando días antes del encuentro, él pensaba que yo ya no quería saber de él y viceversa. Afortunadamente solo era solo una confusión y falta de comunicación, pero ya estábamos alistándonos para otro encuentro muy rico. A Cristián lo veía en las tardes por mis horarios laborales, sin embargo desde que fui despedida de mi trabajo, ahora lo puedo ver también en las mañanas. Y así pactamos el encuentro, para la mañana del lunes de la siguiente semana. Estaba muy excitada por el futuro encuentro, a pesar de que ya me he encamado con él en otras ocasiones, no pude evitar los nervios. 


Aliste mis cosas y mi colita estaba ansiosa por ser penetrada, tengo la costumbre de ir imaginando las cositas ricas que me van a hacer, y creo que por eso mismo mi ano empieza a lubricar, no me lo van a creer pero llego ¡mojadísima!. Además, tenía cerca de tres meses de no sentir un miembro de carne atravesarme las entrañas, y creo que ya era más que justo darle gusto al cuerpo. El camino se me hizo muy largo, estaba temerosa a llegar tarde. Y es que no estoy muy lejos del lugar del encuentro, pero hay una pequeña zona que regularmente la pasas en cinco minutos (en transporte), pero cuando hay tráfico ¡hasta veinte minutos!. Quise sorrprenderlo, así que me decidí llevar un vestidito entallado de color blanco que en días anteriores había adquirido, sin embargo al estármelo probando no terminó de convencerme, y gracias a que llevaba una muda de ropa de color negro, pude optar por esa segunda opción. Aunque como siempre, la mejor opinión la tienen ustedes. 
 
                           Aquí las fotos a ver qué opinan…¿vestido negro o blanco?

















Y bueno, solo llegue diez minutos después de la hora pactada, estaba apenada pero ustedes los chicos nos entenderán, eso de arreglarnos y quedar muy bellas para ustedes ¡toma tiempo! Estaba afuera del hotel pero las miradas curiosas e inoportunas me pusieron nerviosa, ya no tengo tanto temor de salir vestida pues como lo he dicho, soy chica tv de medio tiempo, pero ya saben nunca falta el que te mire como “bicho raro” y te quiera agredir, así que tome la decisión de esperar en el lobby del hotel. Pasaba media hora después del tiempo acordado; en eso una llamada de Cristián me tomaba por sorpresa… -Hola bonita- me decía algo preocupado. Al inició pensé que me cancelaría la cita, pero Cristián a pesar de ser un chico joven, tiene un criterio y una mentalidad sumamente madura, así que de inmediato recapacite y dije ¡no!….no creo que Cristian me haga esto.
-Solo te marco para avisarte que llegare una media hora después ya que el transporte viene muy lento- me decía apenado. ¡No te preocupes corazón, vente con calma que yo te espero! –le dije emocionada-. 

Ya estoy aquí en el lobby pero, descuida que yo te espero. Debo confesar que ese tiempo en el lobby me parecieron años luz. Estuve viendo mi celular, leyendo algunos artículos de internet. Como me llevo muy bien con el personal del hotel (pues algunos ya me conocen) me ofrecieron un lugar en la recepción. La verdad es que ya me había cansado de estar de pie y atinadamente una de mis amigas que recién llegaba a cubrir turno, se apiado de mí. 
En ese lapso estuve viendo el ir y venir de muchas parejitas que al igual que yo consumarían su amor en ese templo del placer. Paso más de la prorroga que Cristián me pidió. Quiero aclarar que en las citas, máximo espero cuarenta minutos, por aquello de los inconvenientes de esta gran Ciudad, para que no se vayan a confiar chicos que me piden una cita, por favor ¡sean puntuales!, recuerden que entre más tarde lleguen, menos tiempo tenemos para disfrutar. Con él hice una excepción, pues ya tengo tiempo de conocerlo y sé que es muy formal, en las citas anteriores había veces que él llegaba primero por lo que ahora me tocaba corresponder.

Hubo un momento de silencio que me hizo pensar que no llegaría…todas esas cosas que ya me había imaginado se estaban esfumando con el tiempo que también se nos iba de las manos. ¡En fin! -me decía resignada- ya tendré la cita con la que rompa está mala racha. Y justo unos minutos después , volvió a sonar mi celular; ¡era Cristián otra vez!. Me avisaba que estaba por llegar ¡que no me preocupara! Fue en ese preciso momento en que mi alma regresaba a mi cuerpo, sintiéndome completamente aliviada. Y es que no saben chicos, algunos se imaginan que solo es llegar y estar ahí pero, como se los he dicho siempre, nosotras también gastamos cuando nos arreglamos para ustedes, no crean que es casualidad, y menos obra de la caridad que nosotras tengamos una buena ropita para modelarles. 

Después de varios miniutos más de esperar, me estaba dando un poco de sueño...de repente ¡lo vi entrar!, y despertó mi piel…y fui sensible a sus manos, imaginándome su forma tan sublime de querer. Nos dimos un gran beso en la boca, y subimos al primer piso, donde ya nos esperaba aguardaba aquella habitación en el que nuestros cuerpos serían uno mismo. Hermoso como un sueño, sueño de amor…en solo un momento me volvió a robar el alma. Sentí desfallecer en sus manos tan varoniles, y esos besos me dejaban como tizón incandescente. Con ojos de hombre bueno me enamoró y como león en celo me devoró. Por el tiempo que estaba en nuestra contra, prácticamente tuvimos que poner en marcha el dicho de “a lo que te truje Chencha”…

Abrazaba y acariciaba mi cuerpo, sus manos inquietas recorrían mi piel dulcemente como la miel, me atrapaba con sus besos llenos de pasión, mi vestido como cómplice se fue subiendo poco a poco dejándome expuesta para que él hiciera de mi lo que quisiera . Solo él sabe cómo despertar a esa hembra en celo que hay en mí… ¡soy tan feliz cuando me acaricia!, cuando me abraza y me mira con esa lujuria que me excita. Él y yo en la habitación, puedo oír como su corazón se aselará y para siempre se detiene en mi reloj. Ya no importa nada más solo estar dónde él está, poco a poco y entre suspiros desnudamos la ilusión, la magia de la vida…¡el misterio del amor!. 

Sus caricias no tenían frontera, toda mi piel ahora era territorio del amor. Sin timidez, no perdí la oportunidad de besar sus labios, dejando volar mis ansias sin temor…su presencia me produce este calor, que provoca la sed de amarlo, de tocarlo para conquistarlo. Con premura hice a un lado mi tanga para que se adentrara en mí ser, poniendo el condón en su pene y yo lubricante en mi ano. Miraba en su sonrisa ese gesto de placer, sus ojos me miraban de manera retadora pero lujuriosamente. Me encanta ser su mujer, sentirme plena y satisfecha en todos los sentidos. 

Debo confesar que cuando estoy entre sus brazos soy como mantequilla en el fuego, me derrito completamente y dejo que haga de mi lo que le plazca. Sabes ¡me encanta que entre muy rápido! –me dijo con la voz entre cortada-. A mí me fascina corazón, y entra muy rápido y sin inconvenientes porque tú haces que me ponga a mil, me haces muy receptiva –le dije con una voz muy cachonda-. Ahora que ya tengo más práctica me puedo dar el lujo de empezar la relación sin que me dilaten, eso sí….el lubricante no puede faltar para evitar alguna molestia o daño, se los recomiendo mucho. Cierro los ojos y me entrego completamente al placer… ¡oh Dios! si la gloria existe en la tierra, el sexo es el camino para llegar a ella.

Nos reflejábamos en el espejo de esa habitación, la verdad tenía muchas ganas de pedirle una foto, pero me sentía tan bien ensartada, que de solo escuchar el choque de sus huevos con mis nalgas ¡no me pude permitir interrumpir tan semejante escena!. Sus gemidos, mis gemidos y ese choque me erizaban la piel…¡no te detengas por favor! –le dije con un hilo de voz- dame rico papi, dame ¡ahh!...¿te gusta mi putita?- me pregunto con voz de mando- bien sabe que cuando me penetra, tiene las riendas de mi cuerpo, a pesar de su juventud me sabe llevar y como yo soy muy sumisa, solo obedezco sus caprichos. Cristián estaba sudando, a decir verdad ahora si pensé que chorros y chorros de leche saldrían por su glande, pues aquella vez iba más estrecha que de costumbre, y por supuesto que lo noto. 

Sin embargo tiene un pene de hierro, pedía más y más….y yo ¡encantada!. Ahora me puso en la postura de “patitas arriba”. ¡Que delicia!, es otra de las posiciones (después de la de perrito) que me fascina. Empezó con una cabalgata suave, pero después de sentir mis paredes comprimiéndose, empezó subir la intensidad, para dejar caer su peso una y otra vez. La humedad de su frente escurría en mi cuerpo, mezclándose con mi propio sudor, exhalaba, gemía…¡ah! que rico ¡qué buena estás nena!. Yo no paraba de gemir y de pedirle más…si hay algo que no se evitar es su manera de insinuar…¡me vuelve loca!. Si hay algo que me hace temblar como una hoja, es cuando estoy sintiendo su aliento vital. Definitivamente valía la pena la espera, esto era justamente lo que yo imaginaba. Aunque nuestro amor es casual, hay una conexión magnifica a la hora del sexo, quizás porque tenemos una amistad maravillosa. 

Después me puso boca abajo haciéndome suya una vez más. Esas hora de sexo extenuante pero placentero, ¡quisiera que no terminaran!. No cabe duda de que el enemigo sin sentimientos es el tiempo…¡ni modo! Ahora me tocaba hacer gozar a mi nene, y para no quedarme atrás Cristián se puso boca arriba y yo me ensarté. Para que se den una idea de la postura, mis pies quedaron en sus hombros, y haciendo como sentadillas, ahora fui yo quién dejaba caer todo mi peso sobre él, Samara dominaba la escena sexual. No pude evitar mirarlo a los ojos con mucha lujuria, le mostraba mi lengua recorriendo mis labios, y de vez en vez mis ojos se quedaban en blanco, confesándole la delicia que sentía al ser su mujer. Con Cristián nunca se acaba el amor, no sé si es un “don” natural o si de alguna manera me hace “trampa”, hasta la fecha es una incógnita que sigue sin resolver, no me importa mucho pues me hace gozar ilimitadamente, solo es una cuestión de curiosidad.


En esa postura estuvimos un buen rato, me fascinaba a pesar de que mis piernas ya estaban muy cansadas. Confieso que de no ser por los ejercicios que hago diariamente, no podía aguantar tanto tiempo esas posturas tan ricas, pero precisamente para no verme con limitantes, es que ejercito y mantengo en forma mi cuerpo, para que todos ustedes lo puedan disfrutar. Dejé que Cristián se recuperara pues él me pidió unos minutos para retomar la cabalgata. Observe el condón y no había leche, tal parece que no lograré vencer a ese pene de hierro pues por más que comprimo mis paredes anales, y le hago unas deliciosas felaciones, nada parece vencer a ese estoico y duro leño

Pasaron solo algunos minutos para que Cristián se volviera a encender, ya para ese momento también mi colita ya estaba deseosa de ser penetrada otra vez. Para reavivar las cenizas que en ese momento ya era un breve fuego, le empecé a mamar su pene, está lengua tan juguetona que tengo no se puede detener, y empezó a juguetear deliciosamente con su glande, mis manos pasaban por su abdomen y huevos, haciéndole ver estrellitas. Ahora sé porque les gusta tanto el sexo oral a los chicos, pues cuando me maman el culo yo también siento que estoy en el edén.

No cabe duda…Cristián es como el conejito de las pilas (Duracell), dura y dura y duraaa jaja. Ahora me ayudaba a incorporarme para darme duro otra vez. Y así fue como nos fuimos hasta el extremo de la habitación, justo donde están las ventanas. Me agarre de los barandales de hierro y el me tomo por la cintura, fijo certeramente su pene en la entrada de mi ano, y de un empujón arremetió contra mí. Ese choque fue delicioso, me agarre con fuerza pues supe que arremetería nuevamente y con más intensidad. Y no estaba equivocada, una vez que su pene embono perfectamente con mi culo, no se detuvo y empezó a cabalgarme con gran avidez, con desesperación y lujuria, devorándome hasta el último rincón de mis entrañas. Sus manos se quedaban marcadas en mis nalgas cuando me daba esas deliciosas nalgadas, y sus dedos hacían surco en mi cintura. Aferrado a mis caderas, me penetraba sin piedad.

De vez en vez volteaba para besar esos labios de fuego y observar esos ojos que incandescentes me deseaban. Sentía el fuego de su aliento en mi espalda, libando cada parte de mí… ¡entregándonos como nunca!; sus besos eran como dinamita pura en mi piel, y mis gritos y gemidos solo lo alentaban a seguirme dando duro. Como una hoja en el aire, como una rosa en el mar, bote mis sentidos, jugué en su piel y me hizo soñar, los minutos pasaban… fui besando su piel y viví la locura de una tarde exquisita…que calor hacía en aquella habitación, un calor infernal que solo pueden producirlo dos cuerpos en éxtasis. 

El momento se nos estaba escurriendo como agua de las manos…yo le di un tiempo extra al encuentro, pero definitivamente teníamos que parar. Por esos minutos tarde de Cristián, tuvimos que interrumpir el encuentro. Y es que en cada cita siempre les digo hasta que hora tengo disponibilidad, precisamente por eso y para no andar a las carreras es que pido puntualidad. Yo sabía que mi nene podría aguantar mucho más por eso le anuncie minutos antes que solo me quedaba poco tiempo. Me quede con ganas de ordeñar y sentir esa deliciosa leche hirviendo y quemando mi piel, en mis nalgas, en mi cara….¡en dónde fuera pero que me diera una probadita!. Pero mi nene es muy díscolo y ¡me ha dejado con las ganas de probar aquel manjar que se ha reservado darme!

En fin…el tiempo haciendo lo que mejor sabe; ir en contra de nosotros, le ponía punto final al delicioso encuentro, dónde me dieron, ¡hasta para llevar! Aquí las fotos de como quedo mi colita, aún abierta y que quede claro, solo por la limitante del tiempo pero también estaba dispuesta ¡a dar más pelea!.








Nos despedimos con un delicioso beso húmedo, un beso que como imán no permitía que nos separáramos, nuestros cuerpos aún pedían más de aquella fusión salvaje, pero él sabe entender, y yo sé que habrá otra cita deliciosa en la que la imaginación ¡derribará fronteras!…ya saben chicos CITAS COHERENTES, Y PROPUESTAS PARA ENCAMARSE CONMIGO, a través de Facebook y Twitter, que tengan ¡ricos orgasmos!, hasta el siguiente post.

miércoles, 8 de marzo de 2017

¡Por Fin!...

Hola chicos ¿cómo se encuentran?...espero que excelentemente bien. Algunos inconvenientes me han alejado un poco del blog, ¡pero ya estoy de regreso! Quiero decirles que estoy cocinando algunas sorpresitas, solo no se me desesperen, igual estoy contestando TODOS sus comentarios, propuestas, sugerencias, etc. tanto aquí como en Facebook y YouTube, (con excepción de twitter TEMPORALMENTE) téngame un poquito de paciencia y les recompensaré la espera. Pues que les cuento chicos, que hace unos días me volví a ver con Cristián (ya les estaré escribiendo el relato correspondiente, por supuesto), y me dio una cogida de antología. Creo que ya me merecía una sesión de sexo extenuante y placentera, sobre todo después de esa mala racha que vivi en Diciembre…no saben he pasado por muchas situaciones, muchas buenas otras peores, que están reafirmando mi carácter. Tuve una cita a finales de Enero, sin embargo una situación desagradable para mi compañía, nos impidió tener sexo, nos quedamos en la etapa “oral” y pues no pudimos culminar, a punto estuvimos pero una desagradable noticia, que recibió vía celular, justo cuando fui al baño; al regresar su semblante había cambiado. No les diré como tal de que se trató dicha noticia por respeto, pero les comento que después de esa llamada, nadie en su sano juicio desea un encuentro íntimo.


Me lo manifestó y entendí perfectamente la situación, se disculpó más de mil veces, de verdad estaba muy avergonzado, pero ¿quién controla al destino y las decisiones supremas?….¡nadie! Lo malo de esto es que, yo iba ¡calientísima!, mi colita se estaba cocinando en sus propios jugos, estaba buscando desfogar todo ese deseo y volcarlo en el cuerpo de mi amante en turno, y desgraciadamente las cosas no pasaron, sus intenciones de verdad eran muy ricas, pero como bien dicen uno propone y el destino dispone. No sé si se ha repuesto pues le he escrito, y lamentablemente no me ha vuelto a contestar, lo más seguro es que ya no nos veamos otra vez. Y bueno pasando a lo que les comentaba, Cristian me hizo su puta en diferentes posiciones, me encanta mirar esos ojos de fuego y deseo cuando me penetra, es realmente delicioso y placentero ser su mujer...¡por fin pude volver a sentir el deseo en mi piel!. Ya no tuvimos tiempo de grabar algo porno, pero en este videíto van a ver cómo me dejo mi culo….abierto, y con ganas de más. Espero que les guste, les dejo besitos ricos, ¡que tengan ricos orgasmos!.