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miércoles, 1 de octubre de 2014

Mi voz "femenina", y la última vez...



No sé qué paso conmigo. Me he vestido de mujer...¡y me gusto! (me gusta), tuve mi primera vez y me fascino, la sensación de vestirme de mujer me hace experimentar diversas sensaciones y satisfacciones, entre ellas la más exquisita: el sexo, aunado a sentirme plena, satisfecha y en paz conmigo misma, como toda una chica muy sexy. 

Aunque no lo crean, esa “transición” me causo diversas confusiones, mi inconsciente se “aferraba” al cuerpo de niño en el que yo nací, pero el deseo era más fuerte, (fue más fuerte de hecho) y gano la niña que vive dentro de mí. Muchas veces me creí “anormal”, pues el hecho de no ser un chico “común” o “normal” por decirlo así, con novia y amigos vagos que no te sirven más que para meterte en problemas, derivaba en inquietudes, malestar, no sabía si esto era como la lotería o la suerte que te tocaba así nada más, o si al final de cuentas era el resultado de mis acciones, confieso que esa confusión me causaba aversión conmigo misma. En conclusión pienso que es un poco de todo, tus acciones aunadas a la complicidad del destino, creo que en esta vida nada es casualidad, y todo pasa por algo. Se puede engañar al mundo entero, pero nunca te podrás esconder de ti misma, de tus pensamientos, de tus sensaciones, así que decidí ya no luchar más contra corriente y aceptar mi destino tal cuál; como todo claro tuve mis momentos de duda, de desesperación y hasta pensé en retirarme en definitiva de esto (que ya les contaré en futuros relatos), pero en ese momento todo parecía tan claro como el agua.

Recuerdo que en aquella época, (olvide el año preciso), si era el segundo o tercer año de la secundaria, ya para ese momento un 95% de mis compañeros varones, les había cambiado la voz. Se preguntarán ¿porque traigo esto a colación?, porque al día de hoy les puedo presumir que tengo un timbre de voz muy similar al de una chica biológica, una voz casi “femenina”, y no…no es por hormonas o algo similar, paso algo muy raro y chistoso a la vez, y como vuelvo a enfatizar, el destino se encarga de ser tu fiel cómplice y aliado.

Fue algo muy raro pues mis compañeros pensaban que mi voz estaba tan débil como mi apariencia, lo que no sabían es que mi voz ya  había cambiado desde principios de primero de secundaria, pero “sin querer” mi madre me la “inhibió”, si… así como lo leen ME LA INHIBIÓ. Sonará algo increíble y hasta inverosímil, porque muchos van a decir, pues si no eres un títere para que a placer te hagan hacer o no hacer cosas; ¡sí! efectivamente, pero la naturaleza me regalo este “don” (que no cualquiera lo tiene), y que le agradezco infinitamente pues en mi faceta de chica me ha ayudado a complementarla como no tienen idea.

Resulta que mi padre tenía un pequeño puesto en el mercado sobre ruedas, y regularmente nos llevaba a mis hermanas y a mí para ayudarle, más a fuerzas que de ganas íbamos, nos causaba cierto malestar que mientras chicos y chicas de nuestra edad disfrutaban de sus fines de semana o vacaciones, nosotros teníamos que trabajar, y para colmo había veces que compañeros de la escuela pasaban por ahí (nos escondíamos para que no nos vieran), ni modo nos había tocado vivir la vida así; y no me quejo pues mi infancia a pesar de que me la pase trabajando para apoyar a mi padre y familia, fue una convivencia tan cercana y cálida como pocas, ese ejemplo de salir adelante, y luchar contra la adversidad me inculco valores que no compra el dinero, que me forjaron como la mujer cabal que soy, honesta y que hoy por hoy hacen de mi un mejor ser humano.

Era una tarde como muchas, estaba por atender a una clienta que venía a comprar mercancía, como les había comentado mi voz ya había cambiado y solo me gustaba “presumirla” cuando alguien acudía al negocio de mi padre a comprar. Ese día se me hizo fácil atender a la "seño" con mi recién “estrenada voz”, como no estaba nadie, mi madre había ido a comprar la comida junto con una de mis hermanas, mi padre estaba en el centro de la ciudad con otra de mis hermanas comprando las cosas para vender al otro día, y dije ahorita que estoy sol@ es cuando. 

Justo estoy atendiendo el pedido de la señora, que por lo mismo no me percaté que mi madre y hermana ya había llegado, y mi madre al escucharme hablar con mi "nueva voz" más que “chulearla", se sorprendió, pero de una manera diferente, no la normal de felicidad, más bien me pareció un regaño (o por lo menos eso percibí), me dice que voz tan ronca, pero en un tono “raro”, como si estuviese viendo y escuchando un marciano del espacio, fue un trauma que no pude superar, es como si a una niña de trece o catorce años, le dijeras huyy cómo te estás poniendo de chichona…¡Obvio!, ¿qué puedes esperar de una adolecente a esa edad?, lo normal… que su cuerpo esté cambiando, irremediablemente es algo que tarde o temprano pasará. 

No sé si ese día estaba de malas, si me quiso jugar una broma o simplemente fue un mero comentario sin el afán de ofender, pero por esa sensación de sentirme “raro” ante mi madre, decidí ya no hablar más con mi "nueva voz"” frente a ella. No me pregunten cómo se hizo esa “dislocación” de voz, pues ni yo misma sé. El chiste es que por temor a que me regañara o me volviera a inquirir de esa manera, empecé a hablar con mi voz de “niño”… otra vez, y no esa voz grave que viene aparejada con la adolescencia. 

Para evitar burlas en la secundaria, empecé a hablar con la voz grave, pues como les digo ya casi a todos les había cambiado, y ya se empezaban a burlar por mi “voz de niño” aunque en la secundaria les diré que de todo se burlan, hay veces que pienso que acuden chimpancés en lugar de adolecentes a las aulas, en fin que bueno que la secundaria no tiene segunda parte, si no ahora si renunciaba, o terminada por ponerle en su madre a más de uno incluyendo maestros por hijos de la chingada manchados, ahí está la respuesta al bulling, pónganles en su madre a esos pasaditos de lanza…¡no se dejen!.

Mi madre seguía pensando que en la preparatoria mi voz aún no cambiaba, y hasta el doctor fuimos a dar por ese “chistecito”, ya no deje que pasara a mayores pues justo me iban a practicar unos estudios para descartar un daño en la garganta, le dije que no quería hacerme los estudios, me dio miedo y le dije que mi voz ya había cambiado, que no se preocupara, pero nunca le confesé que ella de manera directa o indirecta influyo para que yo siguiera hablando como “niño”. 

Y así quedo… ya no la preocupe más por ese “problema”, pero la verdad es que me quede con esa voz (de niño) que ahora con mis ejercicios vocales ya se convirtió a voz de nena, y con mi voz (grave); en la actualidad tengo esa dualidad de voces derivado de esa situación. 

Como les comento ahora con trucos y  ejercicios que he visto y leído en el internet, he logrado hacer que mi voz salga desde la boca del estómago y no de la garganta, la he perfeccionado aún más al grado de tener una voz casi similar a la de una chica biológica, si me preguntaran de una escala de 10 a 100 ¿en cuál estoy? les contestaría que en un 90%, quien me escucha hablar se sorprende que hable muy parecido a una nena. 

Mi voz de chica no es muy gruesa, de repente tengo que subir un poquito el “volumen” es muy delicada, y no, no me cuesta nada de trabajo hacerla, y puedo pasar de una voz a otra sin ningún problema. En la plena adolecencia, seguido se me salían los típicos “gallos” tanto hablando con mi voz grave en secundaria, como hablando con voz de niño en casa. Ya no tengo esos clásicos problemas, y hoy en lugar de estar enfadado con mi madre por no permitir mi cambio de voz en su debido tiempo,¡le agradezco infinitamente! pues derivado de ello, es que hoy tengo una voz femenina que complementa mi imagen sexy. 

No sé si estén de acuerdo conmigo,  pero pienso que se llega a perder la magia (o por lo menos un poco de esta) cuando vez a una chica TV buenísima y de repente te saluda y parece que trae a Enrique Rocha en la garganta, por lo menos para mí el encanto se va a la basura. Anécdota rápida: estábamos en la prepa listos para salir a receso, afuera había un puestecito de comida, nos disponíamos a disfrutar de unos deliciosos sándwiches cuando, en el punto estaba una chica (ya después POR LA VOZ supe que era una chica travesti), pero en apariencia muchísimo mejor que una nena biológica, buenísima, preciosa, que figura, escultural, de minifalda y zapatillas altas que resaltaban aún más su belleza; me quedo corta con lo que les describo, de hecho uno de mis amigos la quiso “ligar” y cuando le pregunta la hora como pretexto para abordarla, ¡nooo!…parecía que le había contestado un señor de la central de abastos, con esa “vocesota” difícilmente podía pasar desapercibida, con decirles que no necesitaba un altavoz pues se escuchaba muy ronca y sumamente grave cuando hablaba… upss por lo menos para mí se terminó el momento mágico, a mi amigo le falto poco para salir corriendo de la impresión jaja, me dice tiene más “voz” que yo, y le digo, ¡no creo que solo eso! jaja,



¿Les confieso algo?...Me excita pensar que le gusto a los chicos, que los prendo cada que ven mis fotos y platican conmigo, creo que como a toda chica nos gusta que nos alimenten el ego de vez en cuando. En esa etapa de la secundaria, me excitaba que mi nene me dijera “que buena estás” o “que rico culo tienes”. 
Si hubiéramos tenido acceso al camasutra, les aseguro que nos lo hubiéramos chutado dos o tres veces; con el conocí el amor (aunque relativamente no tengamos idea de que es eso en la adolescencia), nos dejamos llevar más por la calentura y la pasión. La primera vez fue algo difícil, pero lo disfruté muchísimo… No sé si tenga sentido hacer una remembranza de lo que he hecho, pero la quiero hacer, tal vez, porque el recordarlo, a pesar de la gran culpa que me causaba, me produce mucho placer. 

Imaginaba que esto iba a ser como un cuento de hadas y que mi relación con este chico iría más allá de las sábanas, que yo sería su princesa y el mi rey, pero lamentablemente todo tiene un fin, si la vida misma se acaba, que un amor de secundaria no llegara a su fin. Me dio coraje que él no quisiera seguirme a la preparatoria donde yo pretendía seguir con mi preparación académica. El por su parte ya tenía planes de ir a una escuela militarizada, no sé quién habrá influido para su decisión, pues esta vez un par de nalgas (las mías) no pudieron hacer nada para convencerlo de lo contrario. Relativamente esa prepa, nos quedaba muchísimo mejor (tanto en distancia como en planes académicos), pero no... él ya tenía trazado su camino. Me sentí mal pero ahora que ya veo las cosas con objetividad y madurez, hizo bien pues solo estaba viendo por su futuro, en cambio yo estaba enculadisima… la calentura no me dejaba pensar en ese momento. Me enoje con él días antes de que terminara el tercer y último año de secundaria. Como no me quiso acompañar en esa nueva etapa de la vida, le deje de hablar cerca de dos semanas.


La verdad es que la secundaria para mí fue de las peores cosas que me pudieron pasar en la vida (con excepción de mi nene claro), pero si no fuera por él, ni me lleve bien con los malditos maestros y mucho menos con los retrogradas de mis compañeros, fue como una pesadilla y un verdadero calvario el día a día en la escuela.

Justo estábamos en la ceremonia de fin de cursos, y me parece que los demás después de la ceremonia (pinches hipócritas) harían un convivio de “despedida”, por supuesto yo no pensaba ir. De hecho solo me despedí de una compañera que fue muy buena onda conmigo, una chica que igual que yo desplazada por toda la bola de culeros que, por no tener el mismo cerebro de mosquito y NO ser la típica niña “tarada” cáeme bien, irremediablemente no embonaba con la estupidez de estos imbéciles (igual que una servidora) y por lo mismo como no la pelaban, había ocasiones que se juntaba con nosotros (con mi nene y yo).

Justo antes de salir PARA SIEMPRE de las instalaciones de la secundaria, me andaba de orinar. Me fui al baño por última vez, pero de reojo vi que alguien iba detrás de mí. Dije no puede ser, la última broma pesada antes de salir de la maldita secundaria no. 
Pensé: voy a dejar que el idiota que viene de tras de mí, se pase y ya cuando salga del baño, ingreso yo. Cuál fue mi sorpresa... ¡era mi nene!, me tomo de la mano y me metió al baño…cerró la puerta para que nadie entrara, y ya en el interior de este me ofreció disculpas y me dijo: -¡por favor no te vayas así!, la verdad es que me siento mal que terminen así las cosas, si tú quieres esto puede seguir (me dio su número de teléfono), en mi mente ya había asumido que lo que me decía era algo imposible pues la academia militarizada donde el estudiaría, era un tipo internado, y era una falacia pensar que “nada cambiaria”, pues solo lo dejarían “libre” los fines de semana, solo atine a decirle “no prometas nada que no cumplirás”, quieras que no nuestras vidas van a cambiar, le dije: me dio mucho gusto conocerte, la verdad es que eres un chico fantástico, encantador, caballeroso el príncipe que cualquier niña desearía tener a su lado, empezando por mí, pero esto ya no tiene marcha atrás, lo tome de la mano y le dije de verdad deseo que la vida te sonría siempre, que cumplas todas tus metas y que salgas siempre avante en todo lo que te propongas (con otras palabras claro, pues no tenía el lexico ni la coherencia que tengo para escribir en estos momentos). Lo tome de la cara y le di un beso largo y prolongado, tanto que ya no nos importó que alguien entrara de manera sorpresiva  y nos descubriera. 

Tuvimos suerte pues nadie entro, todos estaban derramando hipocresía en el patio central prometiéndose que  “siempre estaría ahí para cuando se necesitaran”, ¡bah! si en la vida diaria eran unos malditos chimpances irracionales, ya parece que por un fin de cursos sus miserables vidas ahora si serían “ejemplares”.

Dejamos los folders que traían nuestro certificado de secundaria, cerca del espejo del baño, y nos empezamos a besar, sin darme cuenta mis pantalones ya estaban abajo, me manoseaba y besaba riquísimo, pero le dije no ya no sigas por favor, no me hagas esto más difícil, aparte que tal si entra alguien y nos ve, ya por favor no prolongues esta agonía.

Me dijo al oído está bien te dejaré en paz con la condición de que me acompañes a mi casa una vez más…no sé (le dije) le comente a mi mamá que no iría a la fiesta de fin de cursos…pues dile (me dice) que siempre si fuiste, y te vas conmigo a mi casa, ¡ándale, no me digas que no mi vida!, no perdamos esa oportunidad, (no sé si me veía decidida a que no iba a ir con él) y fue cuando se puso de rodillas y me dice por favor te lo pido; le digo no, por favor levántate no hagas que me sienta mal (no me gusta que alguien se hinque pues para mi demuestra como si el otro fuera  “superior” y creo que superior solo Dios), le digo no levántate, estás haciendo que me sienta mal, además no ves que el suelo del baño está sucio. Lo tome de la mano y lo levante, y le dije está bien te acompaño, ya deja de cachondearme si no vas a hacer que terminemos haciéndolo aquí y no es mí idea eh, sonrió y me dijo: lo que tú digas mi princesa.

Me daba tristeza saber que quizás sería de las últimas veces que visitaba su casa con fines “sexuales” pero la verdad es que me sentía bien conmigo misma, no me arrepentía de nada, ni de la primera vez que me vestí para él, ni de que el haya sido el primer hombre en mi vida, estaba feliz de haber ido con él a “festejar” a su casa el fin de cursos. Le dije que si me dejaba hacer una llamada para avisarle a mi mama que “siempre si me quedaba a la dichosa fiesta”, lo que no sabía es que estaba en casa de mi amigo, y que me daría la mejor despedida de generación.

Su mamá le quiso hacer una pequeña comida con sus amigos más cercanos, para festejar la salida de la secu, pero él le comento que ya se había puesto de acuerdo conmigo para comer en mi casa. Lo que él hizo pensar a su mamá fue que el no estaría en su casa, (para que se quedara sola la casa) pues como ella trabajaba de enfermera, le dijo está bien (y coincidió o más bien fue plan con maña, pues él ya sabía que ese día iba a llegar tarde) pero que si él le comentaba que si quería que la comida fuera en casa de él (de mi nene), ella pediría permiso en su trabajo y llegaría más temprano para convivir con nosotros, entonces le dijo no, me voy a casa de él. Y así fue como tuvimos la casa sola, para nosotros dos toda la tarde-noche. Fue una despedida muy bonita y a la vez romántica, no sé cómo le hizo, si la compro, la pidió prestada o se la robo, la verdad es que de la emoción y lo excitada ya nunca supe, pero ahí en la cama estaba tendido: un baby doll rojo, de ligueros, con medias blancas, y mi blusita y minifalda que guardábamos en su cajita de zapatos justo debajo de su cama para que nadie la descubriera.

Me dice: quiero que te pongas esto amor, yo voy a la cocina a preparar una bebida en lo que tú te cambias. Parecía maratón, me puse la ropa más rápido que pronto, en su cuarto había un espejo que te permitía ver la mitad de tu cuerpo, y no es por presumirles pero me veía buenísima. Me volvió a prestar el perfume de su mamá y esta vez me puse un poco en mi delicado ano, para que cuando me lo estuviera chupando percibiera ¡lo rico que olía!.

Justo venía entrando con las bebidas, que se quedó con la boca abierta. Por poco y suelta los vasos de refresco cuando le digo ¡cuidado nene!, no vayas a ensuciar la cama, no -me dice-, perdón. Parecía que era la primera vez que me veía en ropa interior, la verdad es que si estaba muy bonita la lencería, en los ligueros traía unos bonitos y finos moños, y el liguero era de encaje, muy sexy resaltaba más la feminidad de mi cuerpo. 
Brindamos (con refresco), de la bolsa de su pantalón saco un encendedor, y prendió una vela aromática para poner ambiente, me sorprendió aún más pues debajo de su cama ocultaba una rosa envuelta en papel celofán, me dice -esta rosa es para la niña más tierna del mundo-, me derretían sus palabras, esa sensación de ternura combinada con el erotismo…olvide mi enojo y orgullo y me deje llevar, me envolvió entre sus cálidos brazos y sus besos cubrían todo mi cuerpo, el olorcito de la vela era bastante agradable, provocaban al amor.

Me puso en la típica postura de “perrito” y aunque su lengua de repente era un poco torpe, la verdad es que de las veces que atinaba a mi “chiquito” me puso muy caliente. Que rico es que te sepan dilatar de esa manera con la lengua, por lo menos a mí me hace muy receptiva, cuando un hombre sabe poner a punto de turrón a su chica de esa manera, el sexo anal es muy gratificante para ambos.

Saco su pene y empezó a rosarlo contra mi dilatado ano, ya para ese momento el ya traía la puntita de su glande mojadita con el líquido pre-eyaculatorio, antes de que insertara su pene en mi estrecho ano, le di unas succionada tan sabrosa, que opss, hice que se viniera en mi cara; fue tanta la emoción, que con sus dos manos me tomo fuerte la cara, y empezó a meter su miembro por mi boca, súmenle mi lengua juguetona, ya o pudo más estaba sudando, gimiendo, de repente me dice ahhh, me vengo mi amor, que saca su pene de mi boca y por más que no quiso salpicarme, zas sin querer me aventó todo su amor sobre mi cara. 

El muy bien sabía que no me gusta el sabor del semen, (habrá quien le guste pero la verdad a mí no, igual lo tengo en la lengua para jugar un rato con el pero después lo escupo porque no me agrada el sabor), precisamente por eso se salió de mi boca antes de eyacular, aunque le excito mucho que me quitara el semen de la cara con los dedos, y me los metiera a la boca, le prendió tanto, que así como estaba me dio un beso…le dije: ves que rico sabes, y nos reímos. 

Me limpie la cara, y si querer se me cayó el papel, estaba levantándolo del piso cuando siento su miembro en mis nalgas otra vez, nuevamente rígido, erecto, muy duro; me dice: nena está vez no te me escapas te voy a coger tu colita, y otra vez comenzó el juego de la seducción, empezó a lamer mi ano para dilatarlo, aunque a decir verdad ya mi colita pedía a gritos que la penetrara, fue tanta mi excitación, que fui yo quién le pedí, ¡por favor! ya no me hagas esperar más amor, métemela ya (casi le digo que era urgente jaja), y no le dije dos veces, que me pone “de ladito” y empieza a meter la puntita, consejo: empiecen suavecito, pues a pesar de que el ano ya está acostumbrado a que lo penetren, de principio hay que empezar despacio, ya una vez que entra el pene, con movimientos delicados entrar y salir, entrar y salir hasta que el ano esté muy dilatado y lubricado, empezarán a gozar de lo rico. Y así estábamos cogiendo, de repente detenía su marcha, y así como estaba de ladito yo me impulsaba hacia el para meterme su miembro, quería más, estaba insaciable... la verdad es que estaba muy caliente, sumamente excitada, me tomo de las caderas y me empino, ouch que rico, la primera embestida si me dolió (a pesar de la práctica) fue algo brusco, pero no me causo mayor molestia, después solo disfrute de esa deliciosa sesión de sexo y mucha pasión.

Hicimos el amor sin mentirles, cuatro veces…disfrute mucho su semen caliente dentro de mí, terminamos exhaustos, sudando pero muy satisfechos, nos olvidamos del tiempo y cabalgo en mis entrañas como nunca, dejamos a un lado el mundo, tanto que no nos dimos cuenta que ya eran las 10 de la noche, la calentura nos había sedado completamente.

Le digo me tengo que cambiar, si no, ya es noche…nos levantamos devolada, y a pesar del tiempo que teníamos encima nos metimos a bañar jaja (según yo tenía prisa), no fue un baño largo pero si estábamos besándonos, hasta que le digo ya, si no, me van a regañar. Nos salimos, nos vestimos y empezamos a arreglar todo, tendimos su cama, abrimos la ventana para que se saliera el olor de la vela y de nuestra sesión de sexo, deje el baby doll que me presto en esa cajita de zapatos junto con mi blusa y minifalda.

Como todo un caballero saco de su cajón cien pesos y me los dio para que tomara taxi y llegara lo más rápido posible a mi casa, le di un beso largo y prolongado, metí mi lengua en su boca y jugueteamos; ya me quería ir pero mis manos se aferraban a su espalda, la idea de dejarlo era muy difícil de afrontarla, quien diría que sería la última vez, pues  jamás volví a saber de él. 

Sé dónde vive, inclusive un día sin querer en el transporte me lo encontré, yo llevaba algo de prisa por lo que no pude detenerme a saludarlo, quedamos de encontrarnos un mes después pero las circunstancias no se dieron y jamás lo volví a ver. 


Me dio gusto estar en su cama por última vez, enredándome en sus sabanas blancas, que dejamos repletas de locura y de sexo, creo me hubiera arrepentido de no estar a su lado ese último día, por eso disfruten y tomen todas las oportunidades que el destino les lleva hasta la comodidad de su vida, no las desaprovechen quizás por una cosa u otra sea la ÚLTIMA VEZ.

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