No sé qué
paso conmigo. Me he vestido de mujer...¡y me gusto! (me gusta), tuve mi primera vez
y me fascino, la sensación de vestirme de mujer me hace experimentar diversas
sensaciones y satisfacciones, entre ellas la más exquisita: el sexo, aunado a
sentirme plena, satisfecha y en paz conmigo misma, como toda una chica muy sexy.
Aunque no
lo crean, esa “transición” me causo diversas confusiones, mi inconsciente se
“aferraba” al cuerpo de niño en el que yo nací, pero el deseo era más fuerte, (fue
más fuerte de hecho) y gano la niña que vive dentro de mí. Muchas veces me creí
“anormal”, pues el hecho de no ser un chico “común” o “normal” por decirlo así,
con novia y amigos vagos que no te sirven más que para meterte en problemas,
derivaba en inquietudes, malestar, no sabía si esto era como la lotería o la suerte que te
tocaba así nada más, o si al final de cuentas era el resultado de mis acciones, confieso que esa confusión me causaba aversión conmigo misma.
En conclusión pienso que es un poco de todo, tus acciones aunadas a la
complicidad del destino, creo que en esta vida nada es casualidad, y todo pasa
por algo. Se puede engañar al mundo entero, pero nunca te podrás esconder de ti
misma, de tus pensamientos, de tus sensaciones, así que decidí ya no luchar más
contra corriente y aceptar mi destino tal cuál; como todo claro tuve mis
momentos de duda, de desesperación y hasta pensé en retirarme en definitiva de
esto (que ya les contaré en futuros relatos), pero en ese momento todo parecía
tan claro como el agua.
Recuerdo
que en aquella época, (olvide el año preciso), si era el segundo o tercer año
de la secundaria, ya para ese momento un 95% de mis compañeros varones, les
había cambiado la voz. Se preguntarán ¿porque traigo esto a colación?, porque
al día de hoy les puedo presumir que tengo un timbre de voz muy similar al de
una chica biológica, una voz casi “femenina”, y no…no es por hormonas o algo
similar, paso algo muy raro y chistoso a la vez, y como vuelvo a enfatizar, el
destino se encarga de ser tu fiel cómplice y aliado.
Fue algo
muy raro pues mis compañeros pensaban que mi voz estaba tan débil como mi
apariencia, lo que no sabían es que mi voz ya
había cambiado desde principios de primero de secundaria, pero “sin
querer” mi madre me la “inhibió”, si… así como lo leen ME LA INHIBIÓ. Sonará
algo increíble y hasta inverosímil, porque muchos van a decir, pues si no eres
un títere para que a placer te hagan hacer o no hacer cosas; ¡sí!
efectivamente, pero la naturaleza me regalo este “don” (que no cualquiera lo
tiene), y que le agradezco infinitamente pues en mi faceta de chica me ha
ayudado a complementarla como no tienen idea.
Resulta
que mi padre tenía un pequeño puesto en el mercado sobre ruedas, y regularmente
nos llevaba a mis hermanas y a mí para ayudarle, más a fuerzas que de ganas
íbamos, nos causaba cierto malestar que mientras chicos y chicas de nuestra
edad disfrutaban de sus fines de semana o vacaciones, nosotros teníamos que
trabajar, y para colmo había veces que compañeros de la escuela pasaban por ahí
(nos escondíamos para que no nos vieran), ni modo nos había tocado vivir la
vida así; y no me quejo pues mi infancia a pesar de que me la pase trabajando
para apoyar a mi padre y familia, fue una convivencia tan cercana y cálida como
pocas, ese ejemplo de salir adelante, y luchar contra la adversidad me inculco
valores que no compra el dinero, que me forjaron como la mujer cabal que soy, honesta
y que hoy por hoy hacen de mi un mejor ser humano.
Era una
tarde como muchas, estaba por atender a una clienta que venía a comprar
mercancía, como les había comentado mi voz ya había cambiado y solo me gustaba “presumirla”
cuando alguien acudía al negocio de mi padre a comprar. Ese día se me hizo
fácil atender a la "seño" con mi recién “estrenada voz”, como no estaba nadie, mi madre había
ido a comprar la comida junto con una de mis hermanas, mi padre estaba en el
centro de la ciudad con otra de mis hermanas comprando las cosas para vender al
otro día, y dije ahorita que estoy sol@ es cuando.
Justo
estoy atendiendo el pedido de la señora, que por lo mismo no me percaté que mi
madre y hermana ya había llegado, y mi madre al escucharme hablar con mi "nueva voz" más que “chulearla", se sorprendió, pero de una manera diferente, no la normal de felicidad,
más bien me pareció un regaño (o por lo menos eso percibí), me dice que voz tan
ronca, pero en un tono “raro”, como si estuviese viendo y escuchando un
marciano del espacio, fue un trauma que no pude superar, es como si a una niña
de trece o catorce años, le dijeras huyy cómo te estás poniendo de chichona…¡Obvio!,
¿qué puedes esperar de una adolecente a esa edad?, lo normal… que su cuerpo
esté cambiando, irremediablemente es algo que tarde o temprano pasará.
No sé si
ese día estaba de malas, si me quiso jugar una broma o simplemente fue un mero
comentario sin el afán de ofender, pero por esa sensación de sentirme “raro”
ante mi madre, decidí ya no hablar más con mi "nueva voz"” frente a ella. No
me pregunten cómo se hizo esa “dislocación” de voz, pues ni yo misma sé. El
chiste es que por temor a que me regañara o me volviera a inquirir de esa
manera, empecé a hablar con mi voz de “niño”… otra vez, y no esa voz grave que viene
aparejada con la adolescencia.
Para
evitar burlas en la secundaria, empecé a hablar con la voz grave, pues como les
digo ya casi a todos les había cambiado, y ya se empezaban a burlar por
mi “voz de niño” aunque en la secundaria les diré que de todo se burlan, hay veces que
pienso que acuden chimpancés en lugar de adolecentes a las aulas, en fin que
bueno que la secundaria no tiene segunda parte, si no ahora si renunciaba, o
terminada por ponerle en su madre a más de uno incluyendo maestros por hijos de
la chingada manchados, ahí está la respuesta al bulling, pónganles en su madre a
esos pasaditos de lanza…¡no se dejen!.
Mi madre
seguía pensando que en la preparatoria mi voz aún no cambiaba, y hasta el
doctor fuimos a dar por ese “chistecito”, ya no deje que pasara a mayores pues
justo me iban a practicar unos estudios para descartar un daño en la garganta,
le dije que no quería hacerme los estudios, me dio miedo y le dije que mi voz
ya había cambiado, que no se preocupara, pero nunca le confesé que ella de
manera directa o indirecta influyo para que yo siguiera hablando como “niño”.
Y así
quedo… ya no la preocupe más por ese “problema”, pero la verdad es que me quede
con esa voz (de niño) que ahora con mis ejercicios vocales ya se convirtió a voz de
nena, y con mi voz (grave); en la actualidad tengo esa dualidad de voces
derivado de esa situación.
Como les
comento ahora con trucos y ejercicios que he visto y leído en el internet, he logrado hacer que mi voz salga
desde la boca del estómago y no de la garganta, la he perfeccionado aún más al
grado de tener una voz casi similar a la de una chica biológica, si me preguntaran
de una escala de 10 a 100 ¿en cuál estoy? les contestaría que en un 90%, quien
me escucha hablar se sorprende que hable muy parecido a una nena.
Mi voz de
chica no es muy gruesa, de repente tengo que subir un poquito el “volumen” es muy
delicada, y no, no me cuesta nada de trabajo hacerla, y puedo pasar de una voz
a otra sin ningún problema. En la plena adolecencia, seguido se me
salían los típicos “gallos” tanto hablando con mi voz grave en secundaria, como
hablando con voz de niño en casa. Ya no tengo esos clásicos problemas, y hoy en
lugar de estar enfadado con mi madre por no permitir mi cambio de voz en su
debido tiempo,¡le agradezco infinitamente! pues derivado de ello, es que hoy tengo
una voz femenina que complementa mi imagen sexy.
No sé si
estén de acuerdo conmigo, pero pienso que
se llega a perder la magia (o por lo menos un poco de esta) cuando vez a una
chica TV buenísima y de repente te saluda y parece que trae a Enrique Rocha en
la garganta, por lo menos para mí el encanto se va a la basura. Anécdota
rápida: estábamos en la prepa listos para salir a receso, afuera había un
puestecito de comida, nos disponíamos a disfrutar de unos deliciosos sándwiches
cuando, en el punto estaba una chica (ya después POR LA VOZ supe que era una chica travesti), pero en apariencia
muchísimo mejor que una nena biológica, buenísima, preciosa, que figura,
escultural, de minifalda y zapatillas altas que resaltaban aún más su belleza; me
quedo corta con lo que les describo, de hecho uno de mis amigos la quiso “ligar”
y cuando le pregunta la hora como pretexto para abordarla, ¡nooo!…parecía que le había contestado un señor de
la central de abastos, con esa “vocesota” difícilmente podía pasar
desapercibida, con decirles que no necesitaba un altavoz pues se escuchaba muy
ronca y sumamente grave cuando hablaba… upss por lo menos para mí se terminó el
momento mágico, a mi amigo le falto poco para salir corriendo de la impresión
jaja, me dice tiene más “voz” que yo, y le digo, ¡no creo que solo eso! jaja,
¿Les
confieso algo?...Me excita pensar que le gusto a los chicos, que los prendo
cada que ven mis fotos y platican conmigo, creo que como a toda chica nos gusta
que nos alimenten el ego de vez en cuando. En esa etapa de la secundaria, me
excitaba que mi nene me dijera “que buena estás” o “que rico culo tienes”.
Si hubiéramos tenido acceso al camasutra, les aseguro que nos lo
hubiéramos chutado dos o tres veces; con el conocí el amor (aunque
relativamente no tengamos idea de que es eso en la adolescencia), nos dejamos
llevar más por la calentura y la pasión. La primera vez fue algo difícil, pero lo
disfruté muchísimo… No sé si tenga sentido hacer una remembranza de lo que he
hecho, pero la quiero hacer, tal vez, porque el recordarlo, a pesar de la gran
culpa que me causaba, me produce mucho placer.
Imaginaba
que esto iba a ser como un cuento de hadas y que mi relación con este chico
iría más allá de las sábanas, que yo sería su princesa y el mi rey, pero
lamentablemente todo tiene un fin, si la vida misma se acaba, que un amor de
secundaria no llegara a su fin. Me dio coraje que él no quisiera seguirme a la
preparatoria donde yo pretendía seguir con mi preparación académica. El por su
parte ya tenía planes de ir a una escuela militarizada, no sé quién habrá
influido para su decisión, pues esta vez un par de nalgas (las mías) no
pudieron hacer nada para convencerlo de lo contrario. Relativamente esa prepa,
nos quedaba muchísimo mejor (tanto en distancia como en planes académicos),
pero no... él ya tenía trazado su camino. Me sentí mal pero ahora que ya veo las
cosas con objetividad y madurez, hizo bien pues solo estaba viendo por su
futuro, en cambio yo estaba enculadisima… la calentura no me dejaba pensar en
ese momento. Me enoje con él días antes de que terminara el tercer y último año
de secundaria. Como no me quiso acompañar en esa nueva etapa de la vida, le
deje de hablar cerca de dos semanas.
La verdad
es que la secundaria para mí fue de las peores cosas que me pudieron pasar en
la vida (con excepción de mi nene claro), pero si no fuera por él, ni me lleve
bien con los malditos maestros y mucho menos con los retrogradas de mis
compañeros, fue como una pesadilla y un verdadero calvario el día a día en la escuela.
Justo
estábamos en la ceremonia de fin de cursos, y me parece que los demás después
de la ceremonia (pinches hipócritas) harían un convivio de “despedida”, por
supuesto yo no pensaba ir. De hecho solo me despedí de una compañera que fue
muy buena onda conmigo, una chica que igual que yo desplazada por toda la bola
de culeros que, por no tener el mismo cerebro de mosquito y NO ser la típica
niña “tarada” cáeme bien, irremediablemente no embonaba con la estupidez de
estos imbéciles (igual que una servidora) y por lo mismo como no la pelaban,
había ocasiones que se juntaba con nosotros (con mi nene y yo).
Justo
antes de salir PARA SIEMPRE de las instalaciones de la secundaria, me andaba de
orinar. Me fui al baño por última vez, pero de reojo vi que alguien iba detrás
de mí. Dije no puede ser, la última broma pesada antes de salir de la maldita
secundaria no.
Pensé: voy a dejar que el idiota que viene de tras de mí, se
pase y ya cuando salga del baño, ingreso yo. Cuál fue mi sorpresa... ¡era mi
nene!, me tomo de la mano y me metió al baño…cerró la puerta para que nadie
entrara, y ya en el interior de este me ofreció disculpas y me dijo: -¡por
favor no te vayas así!, la verdad es que me siento mal que terminen así las
cosas, si tú quieres esto puede seguir (me dio su número de teléfono), en mi
mente ya había asumido que lo que me decía era algo imposible pues la academia militarizada
donde el estudiaría, era un tipo internado, y era una falacia pensar que “nada
cambiaria”, pues solo lo dejarían “libre” los fines de semana, solo atine a
decirle “no prometas nada que no cumplirás”, quieras que no nuestras vidas van
a cambiar, le dije: me dio mucho gusto conocerte, la verdad es que eres un chico
fantástico, encantador, caballeroso el príncipe que cualquier niña desearía tener a su lado, empezando
por mí, pero esto ya no tiene marcha atrás, lo tome de la mano y le
dije de verdad deseo que la vida te sonría siempre, que cumplas todas tus metas
y que salgas siempre avante en todo lo que te propongas (con otras palabras claro, pues no tenía el lexico ni la coherencia que tengo para escribir en estos momentos). Lo tome de la cara y
le di un beso largo y prolongado, tanto que ya no nos importó que alguien
entrara de manera sorpresiva y nos descubriera.
Tuvimos suerte pues nadie entro, todos
estaban derramando hipocresía en el patio central prometiéndose que “siempre estaría ahí para cuando se
necesitaran”, ¡bah! si en la vida diaria eran unos malditos chimpances irracionales, ya parece que por un
fin de cursos sus miserables vidas ahora si serían “ejemplares”.
Dejamos
los folders que traían nuestro certificado de secundaria, cerca del espejo del baño, y nos empezamos a besar, sin darme
cuenta mis pantalones ya estaban abajo, me manoseaba y besaba riquísimo, pero
le dije no ya no sigas por favor, no me hagas esto más difícil, aparte que tal
si entra alguien y nos ve, ya por favor no prolongues esta agonía.
Me dijo
al oído está bien te dejaré en paz con la condición de que me acompañes a mi
casa una vez más…no sé (le dije) le comente a mi mamá que no iría a la fiesta
de fin de cursos…pues dile (me dice) que siempre si fuiste, y te vas conmigo a
mi casa, ¡ándale, no me digas que no mi vida!, no perdamos esa oportunidad, (no
sé si me veía decidida a que no iba a ir con él) y fue cuando se puso de
rodillas y me dice por favor te lo pido; le digo no, por favor levántate no
hagas que me sienta mal (no me gusta que alguien se hinque pues para mi
demuestra como si el otro fuera “superior” y creo que superior solo Dios), le
digo no levántate, estás haciendo que me sienta mal, además no ves que el suelo
del baño está sucio. Lo tome de la mano y lo levante, y le dije está bien te
acompaño, ya deja de cachondearme si no vas a hacer que terminemos haciéndolo
aquí y no es mí idea eh, sonrió y me dijo: lo que tú digas mi princesa.
Me daba
tristeza saber que quizás sería de las últimas veces que visitaba su casa con
fines “sexuales” pero la verdad es que me sentía bien conmigo misma, no me
arrepentía de nada, ni de la primera vez que me vestí para él, ni de que el
haya sido el primer hombre en mi vida, estaba feliz de haber ido con él a
“festejar” a su casa el fin de cursos. Le dije que si me dejaba hacer una
llamada para avisarle a mi mama que “siempre si me quedaba a la dichosa
fiesta”, lo que no sabía es que estaba en casa de mi amigo, y que me daría la
mejor despedida de generación.
Su mamá
le quiso hacer una pequeña comida con sus amigos más cercanos, para festejar la
salida de la secu, pero él le comento que ya se había puesto de acuerdo conmigo
para comer en mi casa. Lo que él hizo pensar a su mamá fue que el no estaría en
su casa, (para que se quedara sola la casa) pues como ella trabajaba de
enfermera, le dijo está bien (y coincidió o más bien fue plan con maña, pues él
ya sabía que ese día iba a llegar tarde) pero que si él le comentaba que si
quería que la comida fuera en casa de él (de mi nene), ella pediría permiso en su trabajo y llegaría más temprano para convivir con nosotros,
entonces le dijo no, me voy a casa de él. Y así fue como tuvimos la casa sola,
para nosotros dos toda la tarde-noche. Fue una despedida muy bonita y a la vez
romántica, no sé cómo le hizo, si la compro, la pidió prestada o se la robo, la
verdad es que de la emoción y lo excitada ya nunca supe, pero ahí en la cama
estaba tendido: un baby doll rojo, de ligueros, con medias blancas, y mi
blusita y minifalda que guardábamos en su cajita de zapatos justo debajo de su
cama para que nadie la descubriera.
Me dice:
quiero que te pongas esto amor, yo voy a la cocina a preparar una bebida en lo
que tú te cambias. Parecía maratón, me puse la ropa más rápido que pronto, en
su cuarto había un espejo que te permitía ver la mitad de tu cuerpo, y no es
por presumirles pero me veía buenísima. Me volvió a prestar el perfume de su
mamá y esta vez me puse un poco en mi delicado ano, para que cuando me lo
estuviera chupando percibiera ¡lo rico que olía!.
Justo
venía entrando con las bebidas, que se quedó con la boca abierta. Por poco y
suelta los vasos de refresco cuando le digo ¡cuidado nene!, no vayas a ensuciar la
cama, no -me dice-, perdón. Parecía que era la primera vez que me veía en ropa
interior, la verdad es que si estaba muy bonita la lencería, en los ligueros
traía unos bonitos y finos moños, y el liguero era de encaje, muy sexy
resaltaba más la feminidad de mi cuerpo.
Brindamos (con refresco), de la bolsa
de su pantalón saco un encendedor, y prendió una vela aromática para poner
ambiente, me sorprendió aún más pues debajo de su cama ocultaba una rosa
envuelta en papel celofán, me dice -esta rosa es para la niña más tierna del
mundo-, me derretían sus palabras, esa sensación de ternura combinada con el
erotismo…olvide mi enojo y orgullo y me deje llevar, me envolvió entre sus cálidos
brazos y sus besos cubrían todo mi cuerpo, el olorcito de la vela era bastante
agradable, provocaban al amor.
Me puso
en la típica postura de “perrito” y aunque su lengua de repente era un poco
torpe, la verdad es que de las veces que atinaba a mi “chiquito” me puso muy
caliente. Que rico es que te sepan dilatar de esa manera con la lengua, por lo
menos a mí me hace muy receptiva, cuando un hombre sabe poner a punto de turrón
a su chica de esa manera, el sexo anal es muy gratificante para ambos.
Saco su
pene y empezó a rosarlo contra mi dilatado ano, ya para ese momento el ya
traía la puntita de su glande mojadita con el líquido pre-eyaculatorio, antes
de que insertara su pene en mi estrecho ano, le di unas succionada tan sabrosa,
que opss, hice que se viniera en mi cara; fue tanta la emoción, que con sus
dos manos me tomo fuerte la cara, y empezó a meter su miembro por mi boca, súmenle
mi lengua juguetona, ya o pudo más estaba sudando, gimiendo, de repente me dice
ahhh, me vengo mi amor, que saca su pene de mi boca y por más que no quiso
salpicarme, zas sin querer me aventó todo su amor sobre mi cara.
El muy
bien sabía que no me gusta el sabor del semen, (habrá quien le guste pero la verdad
a mí no, igual lo tengo en la lengua para jugar un rato con el pero después lo escupo porque
no me agrada el sabor), precisamente por eso se salió de mi boca antes de
eyacular, aunque le excito mucho que me quitara el semen de la cara con los
dedos, y me los metiera a la boca, le prendió tanto, que así como estaba me dio
un beso…le dije: ves que rico sabes, y nos reímos.
Me limpie
la cara, y si querer se me cayó el papel, estaba levantándolo del piso cuando
siento su miembro en mis nalgas otra vez, nuevamente rígido, erecto, muy duro;
me dice: nena está vez no te me escapas te voy a coger tu colita, y otra vez
comenzó el juego de la seducción, empezó a lamer mi ano para dilatarlo, aunque
a decir verdad ya mi colita pedía a gritos que la penetrara, fue tanta mi
excitación, que fui yo quién le pedí, ¡por favor! ya no me hagas esperar más
amor, métemela ya (casi le digo que era urgente jaja), y no le dije dos veces,
que me pone “de ladito” y empieza a meter la puntita, consejo: empiecen
suavecito, pues a pesar de que el ano ya está acostumbrado a que lo penetren,
de principio hay que empezar despacio, ya una vez que entra el pene, con
movimientos delicados entrar y salir, entrar y salir hasta que el ano esté muy
dilatado y lubricado, empezarán a gozar de lo rico. Y así estábamos cogiendo,
de repente detenía su marcha, y así como estaba de ladito yo me impulsaba hacia
el para meterme su miembro, quería más, estaba insaciable... la verdad es que
estaba muy caliente, sumamente excitada, me tomo de las caderas y me empino,
ouch que rico, la primera embestida si me dolió (a pesar de la práctica) fue algo
brusco, pero no me causo mayor molestia, después solo disfrute de esa deliciosa sesión de sexo y
mucha pasión.
Hicimos
el amor sin mentirles, cuatro veces…disfrute mucho su semen caliente dentro de mí,
terminamos exhaustos, sudando pero muy satisfechos, nos olvidamos del tiempo y cabalgo
en mis entrañas como nunca, dejamos a un lado el mundo, tanto que no nos dimos
cuenta que ya eran las 10 de la noche, la calentura nos había sedado
completamente.
Le digo
me tengo que cambiar, si no, ya es noche…nos levantamos devolada, y a pesar del
tiempo que teníamos encima nos metimos a bañar jaja (según yo tenía prisa), no fue un baño largo pero
si estábamos besándonos, hasta que le digo ya, si no, me van a regañar. Nos
salimos, nos vestimos y empezamos a arreglar todo, tendimos su cama, abrimos la
ventana para que se saliera el olor de la vela y de nuestra sesión de sexo,
deje el baby doll que me presto en esa cajita de zapatos junto con mi blusa y
minifalda.
Como todo un caballero saco de su cajón cien pesos y me los dio para
que tomara taxi y llegara lo más rápido posible a mi casa, le di un beso largo y
prolongado, metí mi lengua en su boca y jugueteamos; ya me quería ir pero mis
manos se aferraban a su espalda, la idea de dejarlo era muy difícil de afrontarla,
quien diría que sería la última vez, pues jamás volví a saber de él.
Sé dónde
vive, inclusive un día sin querer en el transporte me lo encontré, yo llevaba algo
de prisa por lo que no pude detenerme a saludarlo, quedamos de encontrarnos un
mes después pero las circunstancias no se dieron y jamás lo volví a ver.
Me dio
gusto estar en su cama por última vez, enredándome en sus sabanas blancas, que dejamos
repletas de locura y de sexo, creo me hubiera arrepentido de no estar a su lado
ese último día, por eso disfruten y tomen todas las oportunidades que el
destino les lleva hasta la comodidad de su vida, no las desaprovechen quizás
por una cosa u otra sea la ÚLTIMA VEZ.
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