Que tal chicos, es un placer saludarlos
nuevamente. Me da mucho gusto poder estar en contacto con todos ustedes, que
son el aliciente para seguir adelante, sin ustedes… ¡nada de esto sería
posible!, definitivamente. Estoy festejando quince años en este bellísimo pero difícil
e incomprendido camino del travestismo. Ya les mostraré en la siguiente
entrada, un comparativo y mi evolución. En aquellos años no sabía si esto
tendría sentido, si sería posible quedarme en este mundo del travestismo y
luchar contra corriente, y más aún si aquellas pruebas difíciles que vendrían
años más tarde, y que serían un parte aguas para decir si quedarme o abandonar definitivamente
y para siempre a Samara.
Aun sin tener nada asegurado, nunca denigré
(ni denigraré) la figura del travestismo, en todas mis fotos me he presentado con
este estilo femenino, que me ha caracterizado estos años. Nunca compartí fotos
grotescas, cosa que me enorgullece, sé que nadie nace sabiendo pero, cuando uno
es autocritico de su persona, los resultados son cien por ciento mejores. Nadie
como tú para saber de qué careces, que es lo que quieres proyectar, como lo quieres
hacer y saber que, si lo que haces te gusta y apasiona, ¡obviamente les va a
gustar a los demás!
Desde que me puse mis primeras medias,
quede enamorada de todo esto. Tenía ganas de probarme mucho más cosas, pero ciertamente
y al final del día la culpa no me dejaba tranquila por haber utilizado ropa de
mi madre, y como ya lo comenté en un relato anterior, decidí dejar esa
peligrosa práctica que ya me estaba delatando. Pero un día (por eso no dejo de
pensar en que el destino también es cómplice fiel de nosotros) le regalaron
unos zapatos blancos de tacón bajo a mi madre, sin embargo eran unos zapatos de
número grande, mi madre tiene el pie pequeño, y era obvio que no los
utilizaría. Los guardo en una bolsa y prácticamente quedaron abandonados.
La tentación se hizo presente, y un buen
día me decidí a tomar esos zapatos, como yo tengo el pie un poco más grande
(calzo del número seis pero en ocasiones me llega a quedar un número cinco) me
los puse y para mi sorpresa me quedaban muy bien. Eran del número cinco, aunque
les confieso que esas primeras veces como todo en esta vida, fue difícil.
Fueron varios meses en los que me quede sola en casa y aproveche ese momento
para andar en los tacones, caminando despacio, y con mucha calma, sin
desesperarme, y fue así como en pocos días
fui aprendí a andar en tacones.
Esa sensación de andar en tacones es …¡exquisita!,
y si los combinas con unas medias el resultado es excelente. En ese entonces no
había en internet video tutoriales, tampoco casas de transformación, y mucho
menos alguien en línea para que te asesorara paso a paso, tuve que aprender con
los recursos que tenía a la mano, nadie me enseño. Posteriormente y cuando
entre a trabajar, me fui al centro, decidida a comprarme unos zapatos de
ensueño. La verdad es que la suerte estaba de mi lado pues, jamás imagine que
el mismo número de niño, sería el mismo número de niña.
Me dirigí al centro de la Ciudad de México,
para ser más específica al mercado que le denominan “La Merced”, pues cuando surtíamos
cosas para el puesto sobre ruedas que tenía mi padre, de ese mercado nos
proveíamos para vender, por lo que ya tenía práctica y sabía andar de aquí para
allá en ese mercado. Con algo de pena y de manera cohibida, me acerque a un
puesto solitario una tarde de Mayo y para festejar el cumpleaños de Samara,
para quién no sepa mi fecha de nacimiento REAL fue en este hermoso mes de Mayo.
Es un detalle que casi nadie conoce, de hecho ni la mayoría de mis amigos, sabe
que en este mes cumplo años. Solo hay un amigo que me felicita cada año, claro
y mi madre que por obvias razones sabe que nací en este mes. No había mejor
regalo de cumpleaños que nacer en este mes pues, en la escuela y el trabajo me
tocaba descansar el primero de Mayo como festivo por el día del trabajo,
posteriormente el cinco de Mayo festivo por la batalla de Puebla, después el
día diez día de la madre, y por último el quince el día del maestro. Siempre me
toco descansar el día de mi cumpleaños por ser festivo, cosa que no todos
pueden presumir.
Volviendo al tema, me acerque a un puesto
solitario y observé esos bonitos zapatos de color negro, con una piedra al
frente y un tacón más alto que el de los zapatos blancos. Me quede mirando
otros modelos pero como dicen “fue amor a primera vista”. Se acercó el
vendedor, y me dice “te puedo mostrar los que gustes”… ¡ah sí! –respondí sorprendida
pues me saco de mis pensamientos, justo estaba pensando cómo decirle que me
mostrara ese modelo, cuando él ya estaba justo a mi lado. Con algo de pena, le
dije -¿me puede mostrar esos?- ¡claro!, respondió con una sonrisa.
Me sudaban las manos y el corazón me
palpitaba a mil, tenía yo apenas diecinueve, veinte años aproximadamente; tomó
uno de los zapatos y me lo puso en la mano. - ¿De qué número buscas? me
inquirió – ¡no supe que decir! …un silencio involuntario se hizo presente,
fueron unos segundos que para mí parecían horas. Sinceramente le conteste –no sé-
…se los voy a regalar a una amiga y la verdad no sé qué número, pero creo que
esos le van a quedar. Creo que este señor no había vendido nada, y para
convencerme de llevar el calzado, me dice –no te preocupes, te dejo mi tarjeta
y si no le quedan, vienes y te los cambió, no te preocupes-.
Bien sabía que lo que comprabas en la “Merced”
no tenía devoluciones ni cambios, y me arriesgue y adquirí el producto. Llegando
a la oficina lo primero que hice fue encerrarme para probarme esos zapatitos
que me habían gustado tanto. Nada puedo haber salido mejor pues, los zapatos me
quedaron a la perfección. Como el tacón era más alto de lo que acostumbraba a
usar, me tomo varias semanas para acoplarme a los nuevos zapatos. El tacón era
muy delgado, obviamente está diseñado para el pie de la mujer, que es de una
complexión menos pesada que la de un varón, por lo que yo les recomiendo que si
van a adquirir sus zapatos por primera vez, elijan un modelo con tacón grueso y
suela que no derrape, para evitar accidentes, les aseguro que les va a ser más
fácil aprender a manejar sus tacones.
Mi madre me dijo que donará los zapatos
blancos, y obedecí, se los done a ¡Samara!. Cerca de tres, cuatro años, aproximadamente
duré esos zapatos, las aventuras que viví con ellos. Como nos los usaba diario,
me aguantaron varias puestas y varias citas, esos zapatos fueron fieles
testigos de mis inicios. Posteriormente Don “B” me vendió otros zapatos, mucho
más cómodos y solo tuve que cambiarle las tapas, estaban en condiciones
óptimas. De hecho el día que me vendió esos zapatos le regalé mis primeros
zapatos, me daba mucho remordimiento tirarlos, no sé pero guardaban cierto
sentimentalismo. No sé qué hizo con ellos si los vendió, si los tiró….en ese
momento él se dedicaba a comprar y vender cosas usadas además de los discos de
música y películas pornográficas. Ojalá que hayan caído en buenas manos. Esos
zapatos que me vendió de hecho los conservo hasta la fecha.
Fue cuando más adelante y ya con
estabilidad laboral, tuve para adquirir zapatos de marca. Comencé comprando
unos zapatos por mercado libre, para evitar las caras raras de los vendedores,
cosas que me molesta porque, te ven como bicho raro, como si les pidieras fiado
o regalado. Esos zapatos los estrené con mi ex nene Fernando, siempre en cada
cita estreno algo, ya sea vestido, ropa interior o zapatos, y esa cita no fue
la excepción. Una vez que compras unos zapatos ¡quieres más!...es como la
nicotina o el sexo, tarde o temprano se terminan volviendo adicción. Y fue así
como adquirí mis primeras plataformas tipo “teibolera”, transparentes de un
tacón de dieciocho centímetros. Pensando que ya me las sabía de todas todas, me
las probé en la oficina, camine unos pasos...sino me detengo con el filo del escritorio me hubiera puesto un tranzaco marca diablo. Esas plataformas me hacían tambalear, definitivamente
iba a ser un reto “domarlas” y aprender a caminar con ellas. Como todo, tuve algunos accidentes con mis zapatos, nada de gravedad afortunadamente.
Aunque tenían un tacón grueso y una
plataforma anti derrapé, me costó algunos días para poder disfrutar de ellas
plenamente, es normal que sientan frustración al principio, pues a mí me paso, yo quería
caminar en cuanto las tuviera en mis manos, pero tuve que aprender a tener
calma para andar en esos taconzotes. Después adquirí unos zapatos negros magníficos,
con hebilla y suela dorada, les confieso que estoy enamorada de esos hermosísimos zapatos. Ese calzado tonifica y le
da volumen a mis piernas, mis tobillos y también a mis caderas. Confieso que
terminó MUUUY cansada de las piernas pero, el resultado es magnífico. Y con mi
amiga “Sibelle” he adquirido también calzado, que es justamente lo que una
chica travesti busca, de tacón grueso, de estilo moderno, precios accesibles,
quizás no son de marca pero, si vas empezando es una excelente opción.
Así que
ya con VARIOS AÑOS DE EXPERIENCIA,
me atreví a grabar este vídeo utilizando mis tacones de una forma nada
ortodoxa, así que lo que verán a continuación no lo intenten en casa amigas,
pues puede resultar un tanto cuanto riesgoso.
Y bueno chicos me despido por este mes,
seguiremos festejando mis quince años en el travestismo y mis treinta años de
edad, espero que les haya gustado este relato, que aunque breve muy preciso; y
este vídeo que es algo completamente diferente, cuídense mucho chicos y que
tengan…¡ricos orgasmos!, saludos!!
Hola amiga no te arriesgues tanto puedes sufrir un accidente
ResponderBorrarHola nene...ya domino un poco más mis tacones, no te preocupes, de todos modos siempre tomo mis precauciones, te mando un fuerte beso, cuídate!!!
BorrarSi soy de mero xalapa Veracruz como te contacto mas frecuentemente tienes watsap o como podemos platicar mas y como t3 dije yo aca cubro todos tus gastos estas muy rica y tengo deseos de estSr contigo
ResponderBorrarOraleee que ricooo!! pues mia estos días incluí en mi blog un método de contacto directo, puede escribir en mi chat o bien abajo aparece "contáctame" envíame un mensaje por ese medio y nos ponemos de acuerdo vale??, besos!!!
BorrarYa te mande mensaje pero no se si te llego mami
Borraramiga...te he buscado..y mensajeado...y no has respondiso....ya no me quieres..niña hermosa..
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